Reconstrucción y transparencia
La presidenta de la Cámara de Comercio de Manta, Lucía Fernández de De Genna, con su acostumbrada frontalidad y civismo, en declaraciones a EXPRESO los días 10 y 12 de este mes, dijo que estaba muy claro que en la reconstrucción de Manabí por efectos del terrible terremoto de abril de 2016, existió falta de transparencia en el manejo de los recursos generados por la Ley de Solidaridad, que produjo ingresos por más de 2.800 millones de dólares, sumando el aporte de ecuatorianos y donaciones o créditos del exterior. Recordó que el Comité de Reconstrucción fue conformado con criterio netamente político, marginando a los manabitas, que con ciudadanos probos que sí los hay, y que era a ellos a quienes les correspondía dirigir y administrar con una visión más cercana y mayor esmero los cuantiosos recursos recaudados. Insistió en que lo correcto era constituir un fideicomiso para tener un mejor control de los recursos, evitando que se los utilice en campaña política, como sucedió en las pasadas elecciones.
Esas declaraciones no pueden caer en el vacío. Son tan contundentes que debe aceptarse que no existió la debida claridad en la utilización del dinero aportado con generosidad y ejemplar solidaridad. No se ha dado la información oportuna y detallada que exigía la ley, llegándose a desviar cientos de millones de dólares para maquillar déficits presupuestarios. Se impone que Contraloría, que por disposición de la ley debía estar periódicamente informada, realice una detenida auditoría y le diga a Manabí si los recursos fueron utilizados lícita y éticamente, si no hubo malversación, si hubo cuidado en la contratación
Esas declaraciones no pueden caer en el vacío. Son tan contundentes que debe aceptarse que no existió la debida claridad en la utilización del dinero aportado con generosidad...’.
de obras, si los gastos fueron hechos con austeridad, para de esa manera disipar lo que está flotando en la mente de los manabitas: que hubo derroche, sobreprecios, obras innecesarias e incluso gastos en obras inexistentes, lo cual equivaldría a haber usado una tragedia para enriquecerse personalmente y eso es repudiable. Es inaceptable, agregó, que no se haya reconstruido la zona cero (Tarqui) y la terminal aérea en Manta, los hospitales en Chone, Bahía, Pedernales, entre otras obras prioritarias.