Neuromárquetin errado en la polémica sobre el Santo prepucio
La clausura del teatro de Samborondón obedeció a que el local no tenía permiso para funcionar como teatro, particular que adquirió notoriedad ante la protesta de residentes del sector por la presentación de la obra Santo prepucio, demandando así su ejecútese como prevención de protección a la propiedad privada; el Municipio de Samborondón simplemente actuó según su competencia.
Según los artistas, la trama de la obra muestra, a través del recurso del humor, hechos cometidos y no inventados, por representantes del catolicismo, que para muchos es preferible no sean recordados ni que se conozcan, por lo cual cualquier manifestación en pro de ocultarlas, obtendrán siempre su “bienvenido sea” sin importar las consecuencias para quienes intervienen.
El detonante de la protesta fue el incorrecto neuromárquetin en la publicidad de la obra, problema que la Iglesia no posee desde antaño; eso se observa en el neuromárquetin, usado en las pinturas y obras de la escuela quiteña, que lograron el objetivo deseado, esto es, someter a la población a los designios de las autoridades reales dado que al mostrar a las vírgenes con coronas de oro, esa veneración de sumisión absoluta se trasladó al rey o reina y sus órdenes, todo debido a que su mandato venía por “derecho divino”.
La publicidad del arte y religión siempre han estado entrelazados, esta obra no romperá el sistema, vivamos en paz e informemos antes de actuar sin freno.
Ing. Isabel de Cordovez