Autorretrato
Seguimos con el genio de Leonardo da Vinci. Dicen que quienes se paran frente al autorretrato de Leonardo experimentan una sensación especial y única que invade su ser. Más aún, que da poderes espaciales a quien lo observa. Esta es una noticia que leí en la BBC de Londres, así que ha de ser verdad. Los británicos son flemáticos y rectos, sino pregunten a la canciller.
Cuentan que antes de que Hitler llegase al poder, el original del cuadro estuvo en Alemania y dicen que un grupo de intelectuales asustados por la llegada del Führer decidió secuestrar la obra y esconderla en el sótano, antes de que el retrato hiciera su trabajo y lo convirtiera en más poderoso. La obra todavía está en la bóveda de la Biblioteca Real, con restricción total de visitas, por si algún símil de dictador ecuatoriano pretendiera visitarlo.
Los poderes mágicos del retrato de Leonardo me traen la idea de los miles de retratos de Rafael que pululaban por las oficinas públicas del país, en una pomposa manifestación de reverencia que con toda seguridad tenía convencidos a sus seguidores de que tenían poder absoluto para siempre.
Ayer, ver las noticias que hacían eco del comportamiento de las bandas correístas, que en la mejor muestra de pandillerismo, “spray” en mano destruyeron lo que otrora fue su sede en la Shyris, nos trajo otra imagen a la mente: la de Nerón al incendiar Roma para destruir a los cristianos.
La historia del autorretrato de Leonardo que cumplió 500 años y los retratos del Rafael, que intentó permanecer en el poder también 500 años, y sus secuelas, nos
.... los valores compartidos por las familias de una sociedad, valores como libertad, equidad y solidaridad, que tarde o temprano desnudan la verdad de cualquier fascismo’.
indican que el único poder real está en los valores compartidos por las familias de una sociedad, valores como libertad, equidad y solidaridad, que tarde o temprano desnudan la verdad de cualquier fascismo. Vamos a votar Sí, pero no un sí de endoso a ningún otro manipulador histórico, vamos a votar por el Sí que nos saque del filo del abismo político, ético, social y económico al cual estamos a punto de caer. Pero que ese voto mayoritario sea también una advertencia a quienes hoy creen que poseerán el poder total.