Todas las maneras de hacer café, en un lugar
El local está en el ala oeste, la menos atractiva de la av. 9 de Octubre
EL DETALLE Hermanos Dong Cao. Ming gerenció una fábrica de zapatillas. Stephanie estudia Economía. LOS AMBIENTES
Los hermanos Dong Cao (él nacido en Hong Kong, ella en Guayaquil) se unieron a un barista local para montar una cafetería que intenta resumir todas las formas inventadas por el hombre para extraer ese líquido del que se toman anualmente en el mundo 400.000 millones de tazas.
Por ello han instalado en un solo lugar desde una minitostadora hasta un molinillo. Lo único que no se hace es el cultivo. Porque allí hay todo tipo de artefactos. Desde un simple filtro hasta aquel dispositivo (la cafetera Chemex) que el químico alemán Peter Schlumbohm creo y que es considerado uno de los mejores diseños de estos tiempos, por lo que es parte del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Es una experiencia empresarial que abrió hace dos semanas como Asian Coffee Broaster y que está en uno de los sectores que podrían ser considerados como menos turísticos y con poco movimiento de la avenida 9 de Octubre: su ala oeste.
“Creímos que había necesidad de iluminar el sector con una cafetería. Vienen hasta turistas extranjeros y el barrio es de muchas oficinas”, dice Stephanie, una de los hermanos Dong.
Al lugar, en la intersección con la calle Tulcán, se lo observa muy iluminado, con lámparas que cuelgan en hileras, una tras otra. Mesas distribuidas ordenadamente en dos áreas determinadas. Una climatizada y otra abierta, para fumadores y clientes con mascotas. Ocupa 600 metros cuadrados y tiene área de parqueo del lado de la calle 1° de Mayo.
Ya dentro es factible reconocer que no es cualquier cafetería, no solo por los granos aún crudos de café colocados en grandes sacos a un costado de la puerta, ni porque el tostado y el molido sean parte de lo exhibido; es por la posibilidad de dejar a los famosos capuchinos o expressos y vivir una experiencia artesanal.
Ahí es cuando uno de los baristas coloca sobre la mesa del cliente la ya mencionada Chemex o la Aeropress, aquellos dos cilindros plásticos que inventó Alan Adler, quien creo desde un diluyente de pinturas hasta el anillo volador (frisbee). Además del filtro V60 de los japoneses y de la torre por goteo en frío ‘cold brew’, del que se obtiene un litro de bebida cada 6 horas.
Todo para extraer ese líquido que llevó al papa Clemente VIII (1536-1605) a decir: “Esta bebida de Satanás es tan deliciosa que sería una pena dejar a los infieles el deleite exclusivo de tomarla. Hay que engañar al diablo y convertirla en cristiana”.