El nuevo concepto de la “microinfidelidad”
Cenicienta vivió feliz para siempre con su príncipe azul y Mulan y el General Li Shang estuvieron juntos hasta el final de sus días o por lo menos esa es la versión que Disney contó. Afortunadamente, estas tradicionales princesas no se enfrentaron a una de las disyuntivas que, en la vida real, separa a muchas parejas: la infidelidad.
La psicóloga clínica Susana Torres de Rumbea la define como “el máximo dolor que puede ocasionar la persona amada”. Tradicionalmente, en la cultura occidental se representa una versión monógama del amor, por lo que una traición de esta índole tiene un alto impacto en la vida de los afectados. Luego de descubierta o confesada la infidelidad, la pareja se enfrenta a un dilema ¿terminar la relación o continuar?
Torres cree que sí es posible continuar juntos y reencontrar el camino a la felicidad, sin embargo, considera que se debe poner énfasis en evitar propiciar un escenario para la infidelidad, como una relación insana, en la que no se valore a la pareja, o la falta de diálogo.
Perdonar no significa seguir juntos. El perdón es necesario para superar la infidelidad y sanar las heridas, pero eso no asegura que lo construido se pueda salvar. La terapeuta familiar María Narváez indica que el primer paso debe ser buscar un especialista, porque el engaño ocasiona problemas como la baja autoestima o la depresión. Por su parte, Torres de Rumbea indica que no es solo la persona traicionada la que sufre, sino también quien ocasionó el dolor, porque sobre él se cierne un sentimiento de culpa.
La sexóloga y psiquiatra Consuelo Camacho asevera que, basán-
Si alguna vez olvidó intencionalmente su anillo de compromiso en la casa, envió un mensaje “subido de tono” a alguien que no es su pareja o mantuvo secreta una conversación que tuvo con su ex, usted pudo haber sido infiel. Tal vez, considere una “exageración” llamarlo así, sin embargo, la psicóloga australiana Melanie Schilling conceptualizó este comportamiento y lo denominó dose en sus 35 años de experiencia, el 70 % de las infidelidades termina en separación si el “desliz” lo cometió una mujer, mientras que ellas tienen mayor predisposición a perdonar. Cuando el hombre es causante de la traición, la cifra se invierte y el 60 % de las féminas accede a volver a intentarlo.
Ecuador es un país catalogado como “infiel”. Un estudio efectuado por la firma Tendencias Digitales concluyó que el 63 % de los latinoamericanos había traicionado a su pareja en alguna ocasión. Los ecuatorianos ocupan el segundo lugar en ese ranking. El 10,5 % de esta población confesó haber cometido algún tipo de infidelidad.
En cuanto al lugar en el que más ocurre, una investigación británica determinó que el 68 % se lleva a cabo en el entorno laboral. Camacho afirma que esto se debe a que junto a los compañeros de trabajo se pasa gran parte del día y se forman lazos afectivos que podrían conllevar a involucrarse sentimentalmente.
La sexóloga indica también que el proceso de perdón demora entre 12 a 18 meses, tiempo que podría extenderse según las condiciones de la infidelidad. Recalca, además, que para seguir, ambos se deben comprometer mutuamente a que se volverán a respetar y que conversarán sinceramente sobre sus sentimientos. “microcheeting” o “microinfidelidad”.
Según la experta, este concepto corresponde a “acciones aparentemente pequeñas que indican que una persona pone su atención emocional o física en alguien que está fuera de su relación” y, sobre todo, que trabaja por ocultárselo a su pareja.
La propuesta de Schilling abrió un debate en redes sociales, donde algunos usuarios opinaban que estos “pequeños engaños” podrían ser el primer paso para una infidelidad que involucre contacto físico o emocional.
Pero otros creen que si alguien percibe como engaño este tipo de comportamientos entonces es sinónimo de que se está en una relación tóxica, donde uno de sus integrantes es “controlador y manipulador”.
Busque un especialista. Si ha decidido dar una segunda oportunidad y continuar con la relación, entonces deberá comprender que es importante contar con un terapeuta de pareja. Será él quien evalúe los progresos y la salud de la relación.