Sin excusas
Ante los hechos ocurridos esta última semana, es importante tener presente que hay ciertos acontecimientos que se han dado a través del tiempo, que son inaceptables. En consecuencia es imperdonable:
Haber considerado a grupos que son terroristas como grupos subversivos, la diferencia es clara.
Premiar y reconocer mediante actos oficiales a quienes de alguna manera rompieron el orden público y desconocieron las leyes de un Estado.
No haber armado un plan de contingencia ante el desarme voluntario en Colombia, siendo lógico que el grupo guerrillero no iba unánimemente a acogerse a un proceso de paz, ni podía ser reinsertado en su totalidad.
No haber exigido a Colombia, en su momento, un trabajo organizado y conjunto en la zona de frontera.
A lo largo de los años, no haber controlado la ejecución de un plan llamado a desarrollar el concepto de fronteras vivas, más aún en los años de bonanza y teniendo en cuenta los problemas de nuestro vecino del norte.
No haber exigido a la ex-senain un plan de seguridad interna y de frontera, ya que esa era su misión esencial; cualquier desnaturalización de su trabajo es inaceptable.
Actualmente, a mi criterio, lo es también la falta de cooperación efectiva del gobierno colombiano en los hechos ocurridos a partir de enero de este año, la muerte de nuestros militares y la etapa de secuestro de nuestros periodistas, reaccionando tardíamente, cuando los hechos estaban consumados.
Ahora y desde mi perspectiva, asimismo resulta inaceptable no asumir que la política exterior y la seguridad interna requieren un manejo especializado del tema.
Y finalmente, es imperdonable que los errores del pasado de quienes alguna vez detentaron el poder hayan llevado al Ecuador a esta realidad, y que aquella permisividad en el transcurso de los años le haya costado la vida a siete ecuatorianos, y a todo un pueblo el observar la fragilidad en la que se encuentra.
Es hora de olvidarse de románticos discursos ideológicos y actuar ante la realidad.