El Municipio llama a filas a sus policías metropolitanos
El Cuerpo de Agentes de Guayaquil busca mejorar su imagen y eficiencia con más organización ❚ Detenciones de comerciantes y coimas manchaban sus filas
Parecía una broma de pésimo gusto. Pero no lo era. A mediados de enero de 2015, un miembro de la Policía Metropolitana de Guayaquil llevaba retenida a una comerciante informal en el balde de la camioneta Nº 519 y, para que esta no escapara, le había aprisionado una mano con el vidrio de una puerta del carro. Con la mano libre golpeando al vehículo y con gritos, la mujer imploraba por su libertad pero el agente, sin conmoverse, siguió conduciendo hasta el cuartel. La escena fue grabada en un vídeo aficionado y su viralización logró el repudio de la ciudadanía y la posterior destitución del mal funcionario.
LA FRASE Este cuerpo uniformado es hoy disciplinado y eso se refleja en una ciudad más ordenada. MYR. CARLOS VITERI, comandante de la I Compañía EN SUS BODEGAS NUEVOS TIEMPOS
Pero los tiempos en que el policía metropolitano era rechoncho, sin equipos de trabajo y con poca o ninguna formación académica han cambiado. Ahora hay otro escenario en la entidad, desde que la institución del orden comenzó un proceso de mejora y renovación hace casi 10 años.
La misión del metropolitano es trabajar en pos del orden de la ciudad, haciendo cumplir las ordenanzas municipales. Sus mayores logros se ven en los sitios más representativos de la urbe. El resultado del trabajo puede verse en la calle Olmedo. Desde Noguchi hasta el Malecón. Ese sector era simplemente intransitable. Una zona roja en todos los sentidos.
Con 588 hombres (la cuarta parte de la cantidad de metropolitanos que tiene Quito), esta institución se esfuerza en controlar la informalidad en la zona regenerada del centro, que en los ochenta fue práctica-