El turismo no es el único que se olvidó de Esmeraldas
Los poblados entre Atacames y Muisne están relegados del desarrollo empresarial ❚ Ellos piden la intervención de las autoridades locales y nacionales
La falta de una buena planificación y el evidente descuido de las autoridades locales y del Gobierno Nacional hacen del Corredor Turístico Galera – San Francisco una vía olvidada. La ruta de 65 kilómetros que une a la playa de Atacames con Muisne es “muy poco conocida”, admiten los pobladores del sector, por la gente que viaja regularmente a disfrutar de las playas esmeraldeñas.
LA FRASE Hace falta que las autoridades hagan promoción turística de la ruta. Hay que dar a conocer.
La vía recorre en paralelo al mar. Los turistas pueden encontrar varias playas vírgenes de las parroquias que pertenecen al cantón Muisne. Sin embargo, estos poblados no son la primera opción de los viajeros. Somos gente de la que se “acuerdan solo en campaña”, dijo a EXPRESO Estalin Miranda, de 53 años. Él vive en el sector del Estero de Plátano, que está a 30 minutos de Atacames. Posee una playa virgen, donde incluso se encuentran los brazos de los ríos Piedra y Estero de Plátano.
“Los turistas solo van por la vía principal que une Atacames con Muisne y nunca ven el letrero que está pasando el puente sobre el río Tonchigüe”, sostiene Estalin luego de su faena de pesca. Trae un balde cargado de dos corvinas y dos langostas para el almuerzo. La comida del día llegó en las espaldas del pescador.
La prueba de su reclamo a las autoridades es un puente caído. Desde el terremoto del 16 de abril de 2016, nadie empleó sus esfuerzos para recuperar la infraestructura.
Como Miranda, la gente del sector se dedica a la pesca. También hay familias dedicadas al corte y preparación de la madera de laurel y caoba; así como a la crianza de ganado de carne.
La sensación de abandono se siente al seguir recorriendo la carretera de segundo orden. Entre asfalto y lastre se encuentra con Quinge, otra parroquia que consta en el mapa del rótulo de ingreso al “corredor turístico”.
En el lugar, los pescadores arreglan sus lanchas, mientras los niños juegan en el brazo de río que tienen junto a la playa. “Aquí cuando sube la marea se une el río con el mar”, cuenta Javier, quien nada en la parte más profunda del río. El paisaje se compone con varias casas caídas por el sismo de hace dos años.
En menos de una hora está la playa de San Francisco del Cabo. Aquí el panorama no cambia. Lo que otrora fueron cabañas para la venta de refrescos, batidos y comida típica de la zona, ahora lucen destruidas. Muchas solo conservan unos cuántos palos que sirven para el descanso de los gallinazos que se congregan cerca a la playa donde yace una vértebra de ballena que arrojó el mar.
“No hay promoción turística porque no hay quién invierta en el turismo. Las playas son limpias y tienen hermosos paisajes pero, como ve, la gente se queda en Tonsupa, Atacames o se pasa directo a Muisne para ver cómo quedó tras el terremoto. La falta de promoción va matando a este sector”, dijo a este medio Federico Zamora.
En este trayecto, solo hay un cambio en donde se ve la mano del Gobierno: la vía que pasa de básica a una considerada de “primera” por los moradores del sector.
¿La razón del cambio? Dos moradores, Jorge y Carmen aseguran que esto se dio tras el terremoto y porque en el trayecto se construyó una escuela del Milenio. El barrio Nuevo Renacer, nuevo Muisne, el centro de Salud tipo C, la Unidad de Policía y la Comunitaria (UPC), comentaron a EXPRESO. Es decir, solo un tramo tiene la atención permanente de las autoridades.