La construcción de los puentes no impide el traslado en las canoas
En el río Babahoyo solo por $ 0,25 centavos cruzan los pasajeros
Cuando el reloj marca las 05:30 y el frío de la madrugada persiste en el ambiente, desde un improvisado muelle en la parroquia El Salto, es común observar a Sergio Baquerizo Miranda, de 69 años, quien con un canalete y su fiel compañera de trabajo, su canoa. Comienza el traslado de pasajeros desde el mencionado sitio hasta la otra orilla, atravesando calladamente las tranquilas aguas del río Babahoyo, un trabajo que es un legado de sus antepasados, y que forma parte de una tradición que no desaparece con el tiempo, a pesar de que existen 2 puentes peatonales colgantes y 2 viaductos en la capital fluminense.
Sin importar el frío de la mañana o el calor que llega con el avance del día, más lo pesado que es remar para llevar en ocasiones más de 10 personas en su canoa, labor que realiza por 25 centavos.
“Por mucho tiempo me dediqué a la pesca artesanal, pero este trabajo me ha permitido obtener ingresos, esta labor es una tradición familiar”, acotó este ciudadano, quien alega unos 50 cruces diarios.
Cuando el mediodía llega, la labor se extiende un poco más; personas de todas las edades comienzan a solicitar los servicios de traslado, y es entonces cuando se unen sus primos y amigos, quienes con sus herramientas de trabajo y canoas comienzan con esta labor, “la pasada cuesta 25 centavos para el público, 15 para estudiantes de colegio y universitarios, mientras que los de escuelas solo 10 centavos de dólar, tarifas que nos permiten ganar dinero honradamente”, sostuvo Humberto Baquerizo, canoero.(f) realizar