Los corredores de la droga
Por ocho vías secundarias y terciarias, se saca la cocaína desde Colombia hacia los puertos ecuatorianos ❚ Nariño, el eslabón clave en la cadena de traslado
Al menos ocho vías, por las que pasan ríos y montañas serpenteantes, son las más utilizadas por los narcotraficantes en la zona de frontera de Ecuador con Colombia, para en la ida, abastecerse de precursores químicos, armas y municiones, y en el retorno, sacar la droga hacia las costas ecuatorianas.
Todos esos tramos viales conducen a las vías principales que, desde Sucumbíos, Carchi y Esmeraldas, llegan hacia las provincias con directo acceso al mar: Esmeraldas, Manabí, Santa Elena y Guayas. Desde allí salen hacia México y Estados Unidos por avión, avionetas, barcos mercantes, pesqueros o lanchas rápidas.
LA FRASE Desde San Lorenzo, vía terrestre, la droga llega hasta Manta y Guayaquil, dos puertos clave.
Agentes de Inteligencia policial y militar, que trabajan en descubrir las estrategias de camuflaje y transporte de la droga a lo largo de los más de 600 kilómetros de frontera norte, han logrado establecer los ocho principales corredores fronterizos, a través de los cuales se transporta el alcaloide. La mayoría son vías secundarias, en pésimas condiciones, por los que se sacan productos agrícolas, que se han convertido en el camuflaje perfecto del tráfico de estupefacientes, especialmente durante las noches, hacia los sitios de acopio que son fincas en zonas apartadas.
“Son tantos los pasos clandestinos entre Ecuador y Colombia, desde Esmeraldas hasta Sucumbíos, que es más fácil sacar kilos de cocaína que los mismos productos agrícolas. Los pobladores colaboran con los narcos”, dijo un agente a este Diario.
El aumento de los controles en Esmeraldas en los últimos tres meses, especialmente en la vía Mataje - San Lorenzo - Esmeraldas, han obligado a un reacomodo de los corredores hacia el Oriente, en donde las carreteras de la provincia de Carchi se han convertido en una pieza clave, por la facilidad de pasar de un lado a otro por pasos informales, que comunican con el departamento colombiano de Nariño, a través de puentes peatonales improvisados sobre los ríos Mira y San Juan.
En esa cadena de tráfico, la vía Chical-san Juan de Lachas, mejorada en el 2013 que conecta desde la línea de frontera hasta Imbabura, con la carretera Ibarra-san Lorenzo, se han convertido en clave para los carteles por el poco control que se hace a los camiones cargados con productos agrícolas.
Al igual que ocurre en el sector de Mataje, en Esmeraldas, en Chical y Maldonado tampoco hay carreteras que unan a Ecuador con Colombia. Por ello, la cadena de traslado empiezan en la selva de los departamentos colombianos de Putumayo y Nariño. Es un territorio que los disidentes de las FARC conocen a la perfección, entre ellos el ecuatoriano Walter Patricio Arízala Vernaza, alias ‘Guacho’, que lidera el autodenominado frente Oliver Sinisterra, según las fuerzas militares colombianas, integrado por unos cien exguerrilleros de las FARC que integraban, entre otros frentes, la columna Daniel Aldana.
Pero la banda criminal de ‘Guacho’, brazo armado del cartel de Sinaloa, no es el único que, según los informes de Inteligencia, saca droga desde Nariño hacia las costas ecuatorianas. En la disputa por el territorio y los corredores están otras dos bandas criminales más: los Rastrojos y los Urabeños, que luchan por el control de las vías de salida desde el lado colombiano.
Según la Guardia Costera colombiana, entre 250 y 300 toneladas de droga anuales se mueven por ese territorio. En Ecuador, no hay una cifra estimada de cuánto se transporta por esos corredores, pero las estadísticas del 2017 fue de más de 100 toneladas decomisadas a nivel nacional. El alcaloide, desde el lado ecuatoriano, llega desde Llorente, San Carlos, Susube, Tallambí, Mayasquer, todas poblaciones colombianas, ubicadas en el sur del departamento de Nariño.