Y el sufrimiento se VOLVIÓ FELICIDAD
Real Madrid es el único capaz de generar tanto amor y odio en un solo partido. Amor de los suyos, de quienes deben sufrir más de la cuenta para, al final, dibujar una gran sonrisa en su rostro, viendo día a día como se escribe una nueva historia. Y odio del resto, que en los últimos tres años han sumado frustraciones, al verlo salir airoso de grandes problemas.
Ayer, el cuadro merengue clasificó a su tercera final consecutiva de Champions League, tras empatar en casa con el Bayern de Múnich y sacar rédito del triunfo 1-2 que alcanzó en la ida.
La clasificación fue festejada por todo lo alto. Hubo camisetas conmemorativas, vuelta de agradecimiento a los hinchas y todos los juguetes. No era para menos. Durante los 180 minutos fue superado futbolísticamente pero salió bien librado, no solo en su área, en la que el Bayern desperdició innumerables ocasiones, sino también en la contraria, donde capitalizó graves errores defensivos.
Ayer el héroe fue Benzema. Él anotó un doblete y con ese recuperó el aplauso de los suyos. El primer sirvió para igualar 1-1, ya que desde el arranque el Bayern ya ganaba con el gol de Kimmich.
Y después, aprovechó un error del arquero Sven Ulreich para poner el 2-1.
Pero las cosas no podían ser fáciles en una semifinal de Champions, y mucho menos para el Madrid de Zidane, así que James Rodríguez puso el 22. Con ello provocó un cierre de partido para el infarto, con varias ocasiones perdidas por los delanteros alemanes y, desde luego, con excelentes intervenciones del arquero Keylor Navas. Todo fue al susto. No hubo tiempo para algún desborde de calidad o alguna escapada. Importaba sacar el balón del área.
Sí, también hubo polémica, con un penal claro que no fue pitado para el Bayern. Marcelo tocó el balón con la mano dentro del área, pero el juez central no lo sancionó.
Esa mano de Marcelo será la lanza de la lucha para quienes han visto los errores a favor del merengue, pero no los errores en contra.
Igual, Real Madrid ya está en la final y buscará salvar la temporada con una estrella más. Si no fuera por la Champions, su año habría terminado temprano. Pero ahora estará en el último partido, en Kiev, buscando la corona 13 para pasar a la historia como el tricampeón, bajo la tutela de un Zidane que tiene la suerte de su lado.
Real Madrid estuvo contra las cuerdas durante todo el partido, pero soportó al Bayern y jugará la final de la Champions League PARA SABER