Medio siglo trenzando los canastos de carrizo
La Maná celebra sus fiestas con feria artesanal ❚ Octogenaria llegó de Latacunga a continuar con la tradición en Valencia
En el cantón La Maná se realizó una feria artesanal con apoyo de la Prefectura de Cotopaxi, por las festividades de provincialización.
Con el nombre de Feria de la Productividad, se realizó por primera vez el evento en el mencionado cantón. Varios artesanos expusieron sus productos.
Emma Tarco, oriunda de la ciudad de Latacunga, lleva más de 50 años elaborando las canastas, oficio que aprendió de sus antepasados, quienes le dieron forma a la fibra de carrizo y encontraron una forma de ganarse la vida con lo que la madre naturaleza les brinda.
Comentó que junto a su hijo Cristián Caillagua, realizan diariamente unas 20 canastas, las que tejen y forman con mucha paciencia. Se venden para uso comercial o para adorno en las viviendas. “Tenemos canastas conocidas como Moisés, en las que las personas duermen a los bebés, también para guardar los huevos o para realizar las compras”, expresó Tarco.
LA CIFRA 14 SOCIOS se han conformado como asociación, ellos piden a las autoridades ser parte de la cultura.
En Valencia las canastas de carrizo continúan utilizándose. Una artesana adulta mayor, oriunda del lugar, no quiere que esta tradición se pierda y espera que cuando ya no esté, alguien las siga realizando.
Sentada en un pequeño muro de cemento la octogenaria María Dolores Cáceres Carchipulla, ‘mata’ el tiempo elaborando canastas de carrizo con material que recicla en los mercados.
A sus 84 años es una experta en el arte de realizar los utensilios que son comercializados cada domingo en varios mercados de Valencia, de ese modo logra ganarse unos cuantos dólares que la ayudan a subsistir.
El oficio lo ejerce desde los 14 años, cuando vivía en el cantón Paute. Recuerda como “si fuera ayer”, aquellos tiempos donde sus manos aprendieron a darle otro estilo al carrizo.
María Dolores, quien es miembro del Centro Gerontológico de Valencia, no desperdicia su tiempo, cuando está libre en lo único que piensa es en confeccionar sus canastas.
Vive en una covacha de madera que construyó en el sector Pablo Jacho, donde apenas entra su cama y unas cuantas ollas que conserva; en otro espacio guarda las canastas que elabora.
Se levanta a las 07:00, horario al que dice estar acostumbrada desde que era muy joven.
Separa los carrizos con los que va a trabajar, toma un cuchillo y empieza sigilosamente a armar las canastas en diferentes ta- maños para el gusto del cliente.
Con un cuchillo saca todos los nuditos de la caña y traza las tiras que son fáciles de doblar y así poder realizar los amarres necesarios.
La octogenaria llegó a Valencia hace unos 15 años, no ha parado de hacer los canastos, aunque asegura que le da mucha nostalgia que la tradición de realizar las canastas se pierda.
Cerca de donde vive doña María se encuentra su nieta, Silvia Zúñiga Cáceres, quien ha sido de las últimas que aprendió a elaborar los cestos con carrizo.
“Cuando uno trabaja se corta bastante las manos, peor cuando se está aprendiendo, si uno sale a venderlas la gente ya no quiere pagar lo que valen, por eso casi no las realiza, pero no podemos negar que con las canastas nos hemos criado algunos en la familia”, indicó Zúñiga.
DE LA CAÑA