La Milla le sentó bien a Black Master
GUAYAQUIL ■ dejando en todos buena imagen que seguramente ratificará en su próxima presentación.
Con este nuevo triunfo, Black Master suma seis primeros lugares en el hipódromo Miguel Salem Dibo en ocho salidas públicas, mostrando que el fondo no lo asusta, que respira bien distancia, que está magníficamente entrenado y que encontró la monta precisa para su mejor rendimiento.
De igual manera se debe resaltar la carrera de Caledonio que, tras un regular estreno, mostró una bondad corredora que de seguro debe llevarlo a estratos superiores corriendo mucho al final. Rindygo no desentonó en ningún momento, de ahí que cuando le toque correr por Tabla puede “afeitar” a más de uno. Mal lo de Abracayabra, igual Forty Dehere; habrá que esperarlos.
Imposible de olvidar para los aficionados al fútbol, todo lo que significó y en especial para Barcelona de Guayaquil, la presencia como jugador de Juan Manuel Bazurco, un sacerdote español que llegó como párroco de San Camilo, en Quevedo.
Había jugado fútbol, pero como aficionado en España, sin sobresalir mayormente. Vicente ‘Pardo’ Palacios también amigo del barrio Padre Aguirre y Rocafuerte, supo del futbolista-sacerdote y por encargo de la directiva de Barcelona lo fue a buscar.
Bazurco había jugado unos cuantos partidos en la U. de Portoviejo. Por supuesto aceptó venir al Barcelona, entre semanas, de ahí que los compromisos eclesiásticos los tenía que cumplir casi siempre los domingos, pero en esa época el campeonato local se jugaba los sábados de noche.
Fue muy bien recibido, y aunque parezca mentira en nuestro campeonato hizo un solo gol al Emelec, un 28 de febrero de 1971. Barcelona lo incluyó en su nómina para viajar a la Plata, Argentina, para enfrentar al que en esa época era el “cuco” de América, Estudiantes de la Plata, que era un equipo colmado de estrellas y con presencia internacional sumamente importante.
Un 29 de abril de 1971, la
vida cambió para Juan Manuel. La delantera de Barcelona estaba constituida por Madruñero, Bolaños, Spencer, Bazurco y Coronel. El estadio Jorge Hirschi de la Plata enmudeció cuando Botines Benditos, así llamado por Arístides Castro y calzados por el padre Bazurco, venció la meta del arquero Flores. Daba la impresión de que el tiempo se había detenido, para que de toda América llegaran las felicitaciones a quienes integraban el Barcelona de esa época.
Bazurco siempre muy modesto siguió celebrando misas en su parroquia en Quevedo. Fue recibido por cientos de aficionados que celebraron esta victoria, que ha sido una de las más resonantes en la historia de nuestro fútbol.
Juan Manuel dejó los hábitos; se casó y fue profesor de Filosofía en Madrid. Retornó a Guayaquil para una fiesta conmemorativa por los 25 años de este suceso. Retornó a su tierra, y murió un 20 de marzo de 2014. Su recuerdo será imborrable para quienes tuvimos la satisfacción de disfrutar de su amistad y modestia, y conocer sus famosos “botines benditos”.