Entornos
Aprender y practicar dentro de un hospital es clave para los futuros doctores. Así como para cualquier profesional en su campo de trabajo. Sin embargo, en el caso médico, que un convaleciente sea explorado por un estudiante detrás de otro para detectar alguna anomalía no es cómodo para nadie. Menos para una mujer en labor de parto.
Y aunque esto no deja de ser necesario para el buen aprendizaje, un paciente no puede ser un campo de pruebas infinito. Por ello, algunos centros y universidades en el mundo ya trabajan con robots que recrean funciones y reacciones humanas. La UEES, por ejemplo, tiene estas máquinas en Guayaquil desde hace casi una década.
Pero qué pasa cuando se combinan estos androides con otras tecnologías: realidad virtual, realidad aumentada e inteligencia artificial... Se logran entornos virtuales capaces de complementar la enseñanza en las aulas, con la prueba y el error. En la medicina, en construcción, en la aviación, en la publicidad y hasta en el fútbol.
¿Cómo funcionan? En la medicina. La madrileña Universidad Alfonso X el Sabio, cuenta con la simulación de un parto real. Gracias a unas gafas de realidad virtual, las Microsoft Hololens, el alumno puede observar cómo se comporta el cuerpo por dentro mediante un sistema de hologramas y avanzar por los distintos niveles según un programa definido. Las sesiones serán grabadas en vídeo para su posterior revisión y análisis conjunto.
En lo que respecta a la construcción, los profesionales pueden ponerse un casco de VR para comprender los peligros antes de ingresar a un sitio. Los vendedores prepararse para situaciones caóticas como Black Friday y los futbolistas revisar las jugadas para mantener activas las mentes de los jugadores lesionados.
El futuro está encaminado a acabar con el miedo a equivocarse. Le mostramos cómo funciona la simulación del parto con ayuda de la VR.