Un chagra acopia piezas arqueológicas en Manabí
Utensilios y vestigios coloniales decoran su vivienda ❚ Los filtros de antaño de agua llamados ‘botijas’ están entre sus objetos más preciados
EL DETALLE Agua. Las piedras marinas en forma de bandejas son denominadas botijas que almacenan y purifican el líquido vital. CÁNTARO
Rodeada de exóticas plantas y antiguas piezas arqueológicas decoradas con piedras marinas, encontramos una singular vivienda ubicada en la ciudadela Los Eléctricos, de Manta.
El propietario, Ernesto Rojas Bonilla (71), oriundo de la parroquia San Cristóbal de Pichincha. Un chagra con más de 55 años residiendo en Manabí, es propietario de un sinnúmero de piezas arqueológicas, utensilios coloniales, piedras marinas y herramientas que el cholo, montuvio y chagra utilizaban en tiempos de antaño.
Entre sus más apreciados objetos se encuentran dos filtros coloniales llamados “botijas”, que datan de más de 500 años a.c. y que eran utilizados en época de la colonia para la purificación y conservación del agua, hechos de piedra marina y barro. Rojas Bonilla, recordó que estas piezas coloniales llegaron a sus manos hace 40 años, un amigo se las obsequió en razón de su buena amistad, pues pertenecieron a toda una generación familiar manabita.
El más grande se encuentra en el patio de la casa cubierto con un llamativo soporte de madera. La base principal que es una piedra tallada, se encarga de retener las impurezas del agua que caen después al recipiente que tiene un metro de largo y 45 cm de ancho.
“Estos filtros no son precolombinos, sino de la época colonial. Cuando llegaron los españoles trabajaron estos purificadores con piedras, barro y arcilla. Estas piezas fueron entregadas hace 40 años por una familia amiga de agricultores; tienen muchos años de historias y son auténticas” indicó Rojas.
La historiadora y catedrática universitaria Libertad Regalado, recordó que estas piezas son coloniales y las denominaron “Botijas”. Incluso se pensó que la piedra de destilar había sido traída por los indios, pero luego se comprobó que eran auténticas de los españoles.
“Se le denomina piedra de destilar, botijas o tinajas, estos términos son árabes. Acá la podríamos llamar vasijas, se las utilizaban para almacenar la chicha de maíz; con la llegada de los españoles se las utilizó para la purificación del agua desde las vertientes y también para la destilación del alcohol”, indicó la historiadora.
El arqueólogo Enrique Lorenty, señala que estos filtros coloniales ayudan a conservar y mantener el líquido fresco por mucho tiempo y no podían determinar de qué años datan ya que su existencia abarca muchas historias y épocas.
El adulto mayor también talla figuras en piedra de mar que sirven para decorar el llamativo espacio que posee en su vivienda; tiene mucho respeto con la concha spondylus, debido a que fueron extraídas desde la isla Salango, considerado un sitio ceremonial de los Mantas en épocas prehistóricas.
“Con orgullo debo decir que soy un chagra y lo que hay aquí es una mezcla de historia de la Sierra con la Costa. Todos estos utensilios pegados a la pared datan de cientos de años. Y uno de mis sueños es tener mi propia galería o museo aquí en este sector de Manta”, recordó don Ernesto.
Las conchas de Spondylus, fueron donadas por buzos profesionales que se introdujeron en las profundidades de la isla Salango, ubicadas al sur de Puerto López en Manabí.
El arqueólogo Alexander Bernal, señala que Salango está definido como un centro ceremonial y que en este lugar se procesaron grandes cantidades de conchas Spondylus. “Según las investigaciones y estudios arqueológicos los nativos precolombinos aprovecharon los recursos del mar y luego se convirtieron en señoríos por su práctica en el comercio a larga distancia de estas conchas” refutó.
Actualmente la extracción de la concha Spondylus en Salango y otros puntos de la península de Santa Elena, es regulada y vigilada desde el 2009, debido a la sobreexplotación de este producto del mar.