El mar aún no los devuelve
Los familiares de los pescadores víctimas de los piratas se suman a las tareas de búsqueda que cumple la Armada ❚ La fe de encontrarlos no decae en ellos
EL DETALLE El 2016. Fue el de mayor número de asaltos de piratas a los pescadores de Santa Rosa; según datos de la cooperativa pesquera se produjeron 400 robos. LOS ESPERAN
“Mami, regreso en dos días, cuídeme bien a la niña para que no haga travesuras”. De esa promesa del pescador que se hizo a la mar por trabajo ya van 20 días y de Alberto no se sabe nada. Desapareció en la inmensidad del mar.
Se presume que Alberto Borbor Mejillón, de 25 años, y sus compañeros Douglas Mero Benítez y Williams Rodríguez Rivera, quienes viajaban a bordo de la lancha ‘Laritza Soley’, fueron víctimas de un ataque de los piratas a 50 millas de las costas de Salinas.
Aunque la búsqueda continúa, cada día que pasa son menos las probabilidades de hallarlos con vida. Pero la fe de sus familiares por el milagro sigue intacta.
“Tengo el presentimiento de madre que veré entrar a mi hijo por la puerta de la casa”, dice Rosa Mejillón González, madre de Alberto. La mujer implora a Dios para que el mar le devuelva a su muchacho y mientras abraza a su pequeña nieta, a quien le pidió que cuide, no deja de pensar en su promesa de regreso. “Tiene que volver”, asegura la mujer con cierta esperanza lejana.
A tres cuadras de la casa de Mejillón, ubicada en el barrio La Concepción de Santa Rosa, está el hogar de Douglas Mero, otro de los desaparecidos. En ese lugar, Carmen, su progenitora, llora desconsoladamente al no tener noticias de su hijo, quien padecía de diabetes.
Cuenta que la necesidad, las deudas y los gastos de la familia, obligaron a Douglas a volver a la pesca, labor que por su enfermedad había dejado hace un tiempo. “Él solo llevó su medicina para dos días”, cuenta entre sollozos.
El caso de estos tres pescadores desaparecidos obligó a sus compañeros de faenas a paralizar el pasado 24 de abril el puerto de Santa Rosa, los manifestantes solicitaron a las autoridades un plan efectivo de seguridad para que los denominados piratas o delincuentes del mar ya no les perjudiquen, además que la búsqueda de sus compañeros continúe.
Según Boris Rodas, capitán del Puerto de Salinas, la búsqueda de los artesanos aún sigue por mar y aire e inclusive en los vuelos realizados se lleva a familiares de las víctimas para que sean testigos de estas labores.
Tomás Balón es uno de los pocos que ha podido regresar para contar su historia. “Yo dejé de salir a pescar cuando hace siete años me robaron; en esa ocasión nos apuntaron con pistolas, ni en tierra me había pasado aquello, por eso decidí mejor dedicarme a coser trasmallos (red)”, narra el hombre, hoy rozando los 70 años.
Él asegura que ha sido tanto el perjuicio que en Santa Rosa y Anconcito muchas familias de pescadores están endeudadas debido a la sustracción de sus herramientas.
ESPERANZA INCIERTA