Incógnitas de sanciones de EE. UU. a Irán
Las sanciones contra Irán reinstauradas por el presidente norteamericano, Donald Trump plantean dos importantes interrogantes sin respuestas convincentes: ¿esta acción hará del mundo un lugar más seguro -como dice Trump- o desestabilizará aún más a Oriente Medio y minará los futuros esfuerzos por limitar las armas nucleares -como sostienen la mayoría de expertos geopolíticos que no están directamente empleados por los gobiernos de EE. UU., Israel o Arabia Saudita? Y, ¿los esfuerzos de EE. UU. por obligar a las empresas extranjeras a observar sus sanciones contra Irán resultarán en la práctica tan duros como la retórica beligerante de Trump? Como recientemente dijo un exembajador chino en Irán: “Durante más de un año, la diplomacia de Trump, desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el pacto comercial Acuerdo Transpacífico y el acuerdo climático de París, hasta la cuestión nuclear de la Península de Corea y la guerra civil siria, se puede describir como un trueno fuerte pero poca lluvia”. Aun así, la pregunta sobre la guerra y la paz es imposible de responder. Quince años de caos en Oriente Medio generado por la guerra de Irak de 2003 le han enseñado al mundo que nadie en la Casa Blanca, la CIA, el Mossad o los servicios de inteligencia sauditas tienen una pista de qué es lo próximo que podría pasar en la región. La interrogante comercial también es difícil de responder debido a que el alcance real de la implementación de las sanciones no estará claro hasta las últimas instancias del “período de relajación” de seis meses que ofrecen las nuevas regulaciones estadounidenses para que las empresas se desvinculen de Irán. Pero en esta etapa temprana de la confrontación entre EE. UU. e Irán, vale la pena considerar otro interrogante económico, incluso más importante: ¿cómo afectarán las sanciones de EE. UU. el precio del petróleo? A simple vista, la respuesta parece demasiado obvia: el precio sin duda aumentará en la medida que las sanciones frenen la producción y las exportaciones de Irán, mientras los operadores se preparan para una posible guerra. Pero en los mercados financieros las predicciones que los inversores ven como absolutamente obvias muchas veces terminan siendo erróneas. Esto podría suceder con los precios del petróleo porque estos ya están un 70 % por encima del nivel del verano pasado y porque las expectativas de las sanciones estadounidenses contra Irán han sido un motor importante de esta alza. La mayor parte del petróleo iraní fue vendido a China, India y Turquía, países que probablemente ignoren o eludan las sanciones estadounidenses. La parte genuinamente vulnerable del comercio petrolero de Irán son apenas 750.000 barriles diarios a la Unión Europea, Corea del Sur y Japón. En resumen, las sanciones contra Irán tendrán un impacto menor en el equilibrio global de la oferta y la demanda que el desempeño de la economía mundial y el comportamiento de otros productores petroleros. Esto sugiere otra razón por la cual la confrontación entre EE. UU. e Irán podría llevar a precios más bajos, no más altos: Trump y sus aliados sauditas ahora tienen un incentivo político muy fuerte para resistir una mayor presión alcista sobre los precios del petróleo. La experiencia pasada sugiere que los intereses políticos de EE. UU. y Arabia Saudita probablemente prevalezcan, al menos a corto plazo. Eso pasó después de las dos guerras de Irak. Los precios del petróleo se derrumbaron 45 % en 1991 y 35 % en 2003. Es probable que los precios del petróleo se encaminen a la baja, a pesar de las sanciones iraníes o, tal vez, debido a ellas.
...el precio del petróleo sin duda aumentará en la medida que las sanciones frenen la producción y las exportaciones de Irán, mientras los operadores se preparan para una posible guerra’.