Sergio Fajardo: gran elector
Antigua es mi relación política con Colombia. Desde la admiración por los discursos de Gaitán, que adquiría grabados en grandes discos durante mis visitas a Tulcán (felicitaciones reiteradas por el gran desempeño de Richard Carapaz), hasta mi amistad con Luis Carlos Galán y otros líderes liberales, nunca he dejado de cultivar un profundo interés en cuanto a lo que en ese hermano país sucede en ámbito nacional o local.
Colombia siempre produce material llamativo y sus medios de comunicación o sus brillantes escritores permiten seguirlo de cerca. Una de mis obras favoritas de literatura colombiana es El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince, ensayo novelado donde se refleja la vida de los paisas de finales del siglo pasado.
Precisamente en relación a lo urbano, lo conseguido por Fajardo en Medellín, con resonancias mundiales, también ha sido objeto de mi atención. Si yo fuese colombiano habría votado por él en la reciente primera vuelta electoral.
No le alcanzó el tiempo al exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia para irrumpir desde el centro en la polarización derecha-izquierda que se dio en la elección pero, su cerca del 24 % de los votos, que bien sé no pueden endosarse como quien gira de una chequera, serán altamente significativos en el resultado que se logre el próximo 17 de junio y en la siguiente contienda electoral por la presidencia.
Escuché atentamente los discursos de los finalistas. Duque, obviamente, reiteró todo lo que le permitió triunfar en la primera vuelta pero, además buscó, sobre todo, la simpatía de los electores de Fajardo y de los otros candidatos
Se dio una primera vuelta sin sorpresas en Colombia. Conviene anticipar las consecuencias para el Ecuador, del resultado final’.
que van del centro a la izquierda. Petro, por su parte, intentó superar los miedos que su condición de exguerrillero genera en la gran clase media de la tierra de García Márquez. En cualquier caso, pronto sabremos quién dirigirá los destinos de Colombia.
Ahora, en el Ecuador, deberíamos estar trabajando en la formulación de las posibles consecuencias de una victoria u otra. No será difícil plantear escenarios. Son previsibles las posiciones que adoptarán en relación a la búsqueda de la paz y su impacto acá.