Pescar, un oficio temerario
Dos nuevos asaltos ocurrieron frente a las costas de General Villamil el mismo día ❚ Los pescadores quieren armarse para poder enfrentar a los piratas
Su vieja panga y 80 brazas de red para pescar. Es todo lo que le queda a Stalin Borbor, luego de ser asaltado por los piratas, mientras trabajaba en el sector de los bajos, a diez millas náuticas de la costa de General Villamil (Playas).
A Víctor Hugo Lindao, de 33 años, no le fue mejor. Aparte de su embarcación, solo le dejaron las 3 pomas que contenían gasolina, pero sin el combustible. Él también fue sorprendido por filibusteros el mismo día y en el mismo lugar.
LA CIFRA 2.000 EMBARCACIONES de pesca artesanal navegan frente a las costas de Guayas
“Me pisaron la cabeza y luego me dijo uno de ellos que si los denunciaba me buscaban y me mataban”, indicó Borbor, cuya pesadilla ocurrió a las 17:00 del viernes pasado.
Contó que tres hombres en una embarcación lo siguieron hasta alcanzarlo, luego se subieron a su panga y le pusieron un arma recortada en la cabeza a él y a su compañero.
“Fue un viernes negro”, señaló ayer Carlos Jordán, un viejo pescador quien cree que estos asaltos no son más que otro capítulo de una novela de terror, temor y amenazas que sufren los pescadores artesanales periódicamente.
“Tras que le quitan todo, los amenazan de muerte si denuncian los robos”, agregó Jordán mientras reparaba una panga.
La nave de Borbor fue arrastrada por los piratas a 28 millas de allí; le sacaron el motor y a los ocupantes les quitaron el producto de la pesca, los celulares y los dejaron a la deriva. Fueron rescatados al día siguiente.
A Lindao los asaltantes le quitaron todo, lo golpearon y luego lo tiraron al agua. “Si no me detenía me mataban ahí mismo, ¿y qué tuve que hacer? Detenerme, me cogieron y me golpearon con el arma de fuego”, relató el trabajador.
Los marinos del retén naval de Playas no quisieron dar declaraciones a este Diario sobre estos casos.
“Hagan un escrito para mandárselo a mi comandante, para que autorice cualquier entrevista”, dijeron.
El teléfono celular de Borbor tenía un sistema de rastreo satelital que habría permitido a la Armada localizar la embarcación que lo asaltó. Se conoció que viajó a Machala y que la guarida de los pillos estaría en el barrio Santa Martha de esa ciudad. Lo que no se sabe es si los delincuentes fueron capturados, dice el afectado.
Juan Suárez, dirigente pesquero, señaló que en estos casos la ayuda de la Marina es poca. Otros pescadores confesaron que muchas veces no denuncian estos atracos porque hay que hacerlo en Guayaquil.
“La Fiscalía de Playas dice que estos casos no les compete a ellos”, dice Lindao, quien estima que en lo que va del año ya sumarían 20 de estos asaltos.
EL DETALLE Salinas. En el puerto de Santa Rosa también hay angustia por la desaparición de 3 pescadores desde abril. Dos de ellos aparecieron muertos.