Adiós y clamor de justicia
Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas fueron enterrados ayer en Quito ❚ En una misa de cuerpo presente, sus familiares y amigos les dieron un último adiós
Aquí es donde todo termina: los carteles con los rostros y los nombres de Javier, Efraín y Paúl que, noche tras noche acompañaron dos meses de vigilias en la Plaza Grande; las pancartas con la consigna ‘Nos faltan tres’ escrita con grandes letras sobre tela; las velas, las flores, las fotografías, las banderas… Todo vino a parar aquí, en la iglesia de La Dolorosa del colegio San Gabriel de Quito, donde se fue acumulando hasta formar un gran monumento funerario en el altar y otro en la puerta de entrada. La misa de cuerpo presente en honor a los tres integrantes del equipo periodístico de diario El Comercio asesinados por terroristas en la frontera norte fue el triste capítulo final de este episodio que enterró el mito ecuatoriano de la isla de paz y colocó al país en un mapa de la violencia en el que se negaba a aceptarse.
EL DETALLE Última morada. Una vez concluida la misa de cuerpo presente, los féretros fueron llevados en caravana al Memorial Necrópolis, donde descansan al fin. LUTO Y POLÍTICA
“Vamos a rechazar cualquier intento de culparlos”… A la entrada, Yadira Aguagallo, la novia del fotógrafo Paúl Rivas, todavía después de tres meses de incertidumbre tiene la entereza para responder las preguntas de la prensa y el coraje para poner las cosas en su sitio. Más tarde, al final de la ceremonia, volverá a tomar la palabra, esta vez ante la iglesia llena, para exigir “memoria, verdad y justicia”, y para pronunciar palabras que habrían incomodado a las autoridades de Gobierno que mal manejaron la crisis si tan solo se hubieran hecho presentes en este homenaje final.
También están aquí los familiares de Óscar Villacís y Kathy Velasco, la joven pareja de Santo Domingo de los Tsáchilas que fue secuestrada por la misma banda de asesinos y cuyo paradero continúa siendo