Las madres dominicas celebran sus 150 años
La orden festeja su vida institucional con pregones y misas ❚ Tienen 200 religiosas en el país y educan a 15.000 niños
Cantando a viva voz y sosteniendo globos blancos y negros, centenares de niñas y adolescentes llenaron ayer las calles de Urdesa. No necesitaban el uniforme para reconocerse, pues lo llevaban en la piel como un tatuaje indeleble: ‘somos dominicas’.
Y es que el pregón era una celebración especial, pues no solo rendía homenaje al patrono de la institución educativa, santo Domingo de Guzmán, sino también a la orden religiosa que surgió de sus enseñanzas, hace 150 años.
Sor Martha Velásquez, rectora del colegio y miembro de la Orden Dominica de las hermanas de la Inmaculada Concepción, indica que las religiosas arribaron al país en 1889 con una misión que ninguna otra orden quiso aceptar: cuidar a quienes sufrían de lepra.
Pero tras unos años de liderar ese primer hospicio en Cuenca y dar cuidado a los enfermos, las hermanas optaron por continuar con la labor a la que la orden se había dedicado siempre: educar.
“Nosotras somos educadoras, y eso fue lo que aquellas hermanas decidieron hacer. Así fuimos creciendo en el país”. Hoy por hoy, 200 religiosas pertenecen a la orden y educan a cerca de 1.500 niños y adolescentes en distintas provincias.
Pero el festejo, que inició ayer, empezó realmente hace tres años. “Nos hemos venido preparando. El primer año nos enfocamos en la gratitud, el año pasado en la contemplación y este año en el futuro y lo que eso implica”, explicó.
Este futuro, agregó la directora, plantea los pasos a tomar para la educación católica en el país. “La educación empezó con los religiosos, pero hoy se valora cada vez menos. Aun así, nosotros creemos en nuestra obra y continuaremos, como decía nuestra fundadora, siendo los ojos de los que no pueden ver, predicando la verdad y llevando la luz de Cristo”.
El viernes se realizará una velada en la institución en la que se rendirá tributo a las fundadoras de la orden. El lunes 6 habrá un concurso intercolegial de oratoria en el que se abordarán los mensajes de estos precursores. Y el 8 de agosto se celebrará una liturgia presidida por el arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera.
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