Una impredecible delincuencia
Expertos analizan la situación del accionar delictivo tras lo ocurrido a un ciudadano en Sauces 2 ❚ Se pide más colaboración de las víctimas en juicio
Entre bromas y risas, Juan P. ya no sabe si llevar el viejo teléfono celular que le costó cien dólares le resulta menos riesgoso para su vida o más perjudicial. Lo ocurrido a un morador de Sauces 2, en el norte de Guayaquil, lo ha dejado más que preocupado.
“Te matan porque tienes y porque no tienes también”, decía mientras especulaba con sus compañeros lo que le podría pasar si un delincuente le pide su “cholomóvil”.
Como Juan, muchos ciudadanos se mostraban ayer desconcertados al analizar la actitud de un delincuente que, acompañado de otro individuo en moto, le pegó un balazo a José Francisco Molina por tener un celular de poco valor. Ocurrió alrededor de las 06:50 del martes, cuando el hombre esperaba a sus hijas afuera de la casa para llevarlas a la escuela.
“El delincuente perdió el sentido de la racionalidad”, dice el experto en seguridad Ricardo Camacho. Y añade que el nivel de conflictividad y el rompimiento de valores, incluso en el mundo delincuencial, son graves. Son los picos que se señalan en estadísticas y que pueden darnos una señal de cuál será el camino que tomarán ciertos grupos delincuenciales o personas individualmente, expone.
Según ha observado, en los últimos años el nivel del accionar delictivo se ha vuelto violento no solo en Ecuador, sino en otros países de la región. Esto como consecuencia del crimen organizado y la falta de valores que se percibe también en otras naciones.
Lo de Sauces es un hecho que saca de contexto y vuelve cada vez más impredecible el accionar de la delincuencia. “Siempre hemos escuchado a la policía que es preferible dejarse robar para no ser víctimas o agredidos con un tiro o una puñalada, pero este caso ya rebasa todo límite”, señala Miguel Vélez, fiscal de la Unidad de Flagrancia de Guayaquil.
Según las denuncias que a diario receptan en la Unidad, el funcionario explica que un buen porcentaje de asaltos y robos ocurren mientras la ciudadanía acude o regresa de su trabajo. “Por lo regular, en todas esas ciudadelas del norte desde temprano les roban a quienes madrugan”, comenta el funcionario.
ENTRELÍNEAS
EL DETALLE Cifras. De enero a julio de 2018, la policía de la Zona 8 (comprende Guayaquil, Durán y Samborondón) ha registrado 4.978 denuncias por robo a personas.
Ese mismo día, un morador de la ciudadela Bellavista denunció que un delincuente le había arrebatado su celular al pie de su domicilio.
Vélez considera que hay una serie de factores que están fallando y que se deben de corregir, como la reacción ciudadana. En la mayoría de casos, quienes observan prefieren no meterse para no salir perjudicados, mientras otros se dan tiempo para grabar el suceso con su celular y subirlo a las redes sociales, en lugar de llamar de inmediato al 911 para que acuda la policía.
Tras lo ocurrido, los gendarmes desplegaron una mayor presencia en Sauces, donde los vecinos no solo esperan que José Francisco se recupere de aquel balazo, sino que los robos disminuyan.