Las medidas
EDITORIAL
Reducir el tamaño del Estado resulta para el Gobierno una labor nada fácil de realizar, pese a la anunciada fusión de ministerios, secretarías y otras dependencias que canalizan más de treinta mil millones de dólares a través del presupuesto anual.
Con el anunciado ahorro de 150 millones se pueden cubrir muchas necesidades insatisfechas de miles de ciudadanos que no sienten que la situación económica vaya a mejorar en los próximos meses.
Desmontar todo el aparato burocrático que armó el régimen anterior no se logrará de la noche a la mañana, tomando en cuenta que se deberán seguir procedimientos técnicos, lo cual demandará tiempo y dinero, como la comentada fusión de las empresas Petroamazonas y Petroecuador, que todavía está en proceso.
Solo en el pago de bienes y servicios de los entes gubernamentales, entre los que se incluyen agua, luz, telefonía, etc., se ha gastado más de tres mil quinientos millones, cantidad que ha puesto a pensar a las autoridades económicas sobre la imposibilidad de seguirlo manteniendo en estas circunstancias. Un caso curioso es el de la Secretaría Nacional de Inteligencia, entidad que ya debía desaparecer por disposición presidencial, pero que todavía recibe recursos presupuestarios.
El plan económico planteado, que incluye la eliminación del subsidio estatal para la gasolina Súper, parece no convencer y tampoco ha sido bien recibido por algunos sectores
El anunciado plan económico del régimen ha generado el rechazo de sectores sociales que han cuestionado su efectividad a corto y mediano plazo’
sociales, que ya anuncian movilizaciones para protestar por las medidas.
Con este panorama, el objetivo de reducir de 27 a 20 el número de dependencias gubernamentales deberá responder a estrategias urgentes que permitan invertir los recursos en planes de desarrollo social y económico sin caer en entelequias.
El inevitable precio que habrá que pagar será el despido de algunos empleados estatales, cuyos puestos podrían ser eliminados o fusionados con otros departamentos.
En consecuencia, el país necesita de acciones concretas para palear la crisis, pero también requiere de la colaboración e impulso del aparato productivo para generar empleos y nuevas oportunidades de negocio. Solo así se hace patria.