Diario Expreso

El cardenal de Fátima ve una trama contra el Papa

Denuncia “una campaña de los ultraconse­rvadores para herir de muerte” a Francisco ❚ Organizaci­ones en EE. UU. presionan

- JAVIER MARTÍN DEL BARRIO ■ EL PAÍS / ESPECIAL PARA EXPRESO

LA FRASE Comonoestá­inclinado aunestiloa­utoritario, hapermitid­oquese expreseabi­ertamente(la disidencia). PAUL ELIE, Centro Berkley, universida­d Georgetown

Todo es una campaña de los ultraconse­rvadores. Esta es la opinión del cardenal de Fátima, António dos Santos Marto, quien salió en defensa del Papa después de que el antiguo embajador del Vaticano en Estados Unidos escribiera una carta de 11 páginas con graves acusacione­s contra Francisco. El arzobispo Carlo Maria Viganò, exnuncio en Washington entre 2011 y 2016, acusó la semana pasada al Sumo Pontífice de “cubrir” y silenciar los abusos del cardenal estadounid­ense Theodore Mccarrick y le pidió que “dimita” por haber mirado hacia otro lado

Marto declaró al diario digital portugués Observador que “se trata de una campaña organizada por los ultraconse­rvadores para herir de muerte” a Francisco, pero que va a salir reforzado aunque ahora “es necesario que toda la Iglesia manifieste su apoyo al Papa”.

Marto predice que en algún momento Francisco, quien ha evitado contestar de manera clara sobre las acusacione­s de Viganò, dará su opinión acerca del texto de la carta, sus autores y lo que hay detrás, pero que de momento ha dejado a los periodista­s que realicen su trabajo.

“Ahora comienzan a llegar un montón de desmentido­s. En primer lugar, la carta estaba preparada ya hace mucho tiempo con periodista­s; unos de los Estados Unidos, otros de Italia. Concretame­nte, el periodista Marco Tosatti, que confesó haber estado tres horas con el arzobispo para reeditar el texto y dice que fue escogido el momento exacto del viaje del Papa a Irlanda para que ‘la bomba’ (según él) tuviese efectos multiplica­dores”, afirmó Marto.

Irlanda ha sido escenario de los casos más graves de abuso sexual a menores a mano de la Iglesia y, recienteme­nte, un gran jurado de Pensilvani­a reveló cómo más de 300 religiosos abusaron de más de 1.000 menores a lo largo de siete décadas. Según el cardenal Marto, “esa ala tradiciona­lista ultraconse­rvadora quiere poner en jaque al Papa, lo que llega al extremo de pedir su dimisión”.

En julio, el Santo Padre aceptó la renuncia de Mccarrick, que ahora tiene 88 años y ha sido acusado de comportami­ento “gravemente inmoral” con seminarist­as y sacerdotes.

Peter Isley, de la organizaci­ón Ending Clerical Abuse (ECA), dijo que el expediente de Mccarrick, que instan a abrir, “destaca hechos sobre cómo el papa Francisco y otros dos papas, Benedicto y Juan Pablo, han encubierto el abuso sexual de un religioso”. “Esto nos traerá respuestas”, agregó.

En una conferenci­a de prensa frente a la embajada de la Santa Sede en Washington, rechazó de igual manera a las corrientes “liberales y conservado­ras” de la Iglesia.

Isley denunció que “hay una red criminal dentro de la Iglesia católica (...) que está cubierta por obispos de ambos lados y que deben ser expuestos y procesados, y el caso (Mccarrick) aclarará esto”, afirmó.

La controvers­ia sobre el supuesto encubrimie­nto ha revelado una profunda brecha entre los obispos estadounid­enses.

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BRENDAN SMIALOWSKI / AFP Lucha. Activistas en una conferenci­a de prensa fuera de la embajada de la Santa Sede, ayer en Washington.

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