Felicidad
Es el puesto del Ecuador en el último Reporte Mundial sobre Felicidad. Con datos de la encuesta global de Gallup (2015-2017), el reporte enlista a gente de 156 países y de los migrantes en 117 de entre ellos; los ecuatorianos seríamos más felices que los paraguayos, dominicanos, chinos, jamaiquinos (¡!) y otros países de África y Asia. Las comisuras de nuestros labios andarían en cambio más caídas que las de los nicas, salvadoreños, colombianos, uruguayos, guatemaltecos, argentinos, panameños, brasileños, mexicanos y ticos, por citar solo corregionales. Se supone que el presidente es experto en estas cosas, así que debemos mejorar en el ‘ranking’.
Seis son los factores de la metodología: PIB per cápita, soporte social, expectativa de vida, libertad para tomar decisiones individuales, generosidad y nivel de corrupción. J. Sachs, uno de los directores del estudio, anota cómo las combinaciones pueden variar: Estados Unidos tiene una alta medida de riqueza por cabeza, con alta inequidad, una de las redes más flojas de soporte social y un alto desarraigo hacia el sistema político. Por eso va detrás de los países nórdicos que promediarían bien en todas las variables.
Discrepo con este índice, pero me encanto con la idea de ser más feliz y sin aprender de estas cosas no lo lograré.
Se sabe que el dinero solo gatilla tas con tas la felicidad hasta cierto nivel de ingreso, luego del cual un dólar más ya no suma. Se sabe también que este tipo de encuestas son flojas, porque no responde igual quien despierta con pie derecho ese día que el que no, y nuestra opinión sobre la experiencia
Se supone que el Presidente es experto en estas cosas así que debemos mejorar en el ranking’.
vivida -feliz o infeliz- depende de recuerdos disponibles, presentes, manifiestos, no de una ponderación racional del año que las estadísticas “miden”.
Finalmente, ser feliz depende de nosotros y para ello, de aprender cómo. Por eso me repito el diálogo que leí en una caricatura. Le pregunta un hombre evidentemente deprimido a un pajarito que silba emocionado: ¿Cómo haces para estar tan feliz? Y el pájaro espeta: No silbo porque soy feliz sino que estoy feliz porque silbo.