Iglesia del Señor de la Divina Justicia, tesoro de Malvas
En tiempo de fiestas los feligreses llegan para venerar al santo ❚ El deterioro de la edificación preocupa a los lugareños ❚ Fue construida hace más de cien años
EL DETALLE Santuario. Los colores de la iglesia colonial de San Jacinto, construida hace más de un siglo, son casi idénticos a los de la Capilla Sixtina en Roma. DEVOCIÓN
Los tallados de las imágenes religiosas con vistosos colores que están sobre el techado de la iglesia San Jacinto de Malvas, de la parroquia del mismo nombre, la hacen única en ese rincón que pertenece al cantón Zaruma, en la provincia de El Oro.
La estructura colonial de su interior data de hace más de 130 años. En 1950 fue sometida a una reparación integral. En tiempo de fiestas y celebraciones religiosas es admirada por los miles de feligreses que llegan para venerar al Señor de la Divina Justicia, patrono del lugar.
Oswaldo Benjamín Valverde Murillo, de 76 años, profesor jubilado del sitio, narró que cuando la parroquia empezó a levantarse tras un fuerte invierno, había llegado un cura que “maldijo” a la iglesia. “Nadie quería entrar a la iglesia porque era un poco huraño. Guayabal fuiste y guayabal volverás a ser”, había dicho el religioso.
El educador contó que para ese entonces no tenían un santo que los proteja. Durante un invierno unas personas habían llegado al pueblo con unas mulas y sobre ellas una imagen del Señor de la Divina Justicia que medía más de dos metros de altura.
Valverde indicó que los animales “se empacaron” (se volvieron chúcaros) frente al templo. Según él, las personas que andaban con las mulas las dejaron allí. “La comunidad, al ver que no tenía un santo propio, lo ingresaron y lo pusieron en un lugar especial. Desde ahí lo adoran”.
Él cree que fue extraviada, porque ellos no habían pedido ninguna imagen para su pueblo. Pasaron los días y nadie la