Agenda industrial para Guayaquil
EDITORIAL
La vía a Daule, donde tradicionalmente se han ubicado las fábricas y bodegas empresariales, y la Perimetral, concebida para la movilización del tráfico pesado desde y hacia el puerto, hoy constituyen las zonas con mayor concentración de industrias en Guayaquil, y ambas están rodeadas por grandes asentamientos urbanos. Esta realidad de coexistencia de la actividad productiva con áreas residenciales densamente pobladas hace necesario el desarrollo de una reglamentación que permita, en función de las condiciones actuales, un óptimo y seguro desenvolvimiento simultáneo de empresas y comunidades, así como la planificación de una zona de desarrollo donde en un futuro inmediato puedan ubicarse las nuevas plantas industriales de la ciudad y operar competitiva- mente, garantizando la exclusividad de uso de suelo para fines productivos, sin que exista posibilidad de que los terrenos circundantes puedan convertirse en improvisadas áreas habitacionales.
En el campo logístico, el flujo vehicular que soportan las dos vías mencionadas entorpece el transporte de materias primas, insumos y producto terminado. Soluciones viables, como la asignación de los carriles centrales para circulación a alta velocidad, complementada con la construcción de pasos peatonales elevados, contribuirían a atenuar el congestionamiento y riesgo ciudadano. Asimismo, a la hora de elegir la ubicación de la nueva plaza industrial, el acceso por medio de una vía rápida -que deberá preservarse a perpetuidad en esas condiciones- constituirá un factor determinante.
A la necesidad de minimizar contingencias y de favorecer la productividad, se suma una tercera razón de peso para la elaboración de una agenda: la económica’.
A la necesidad de minimizar contingencias previendo la seguridad de la comunidad y al requerimiento de regulaciones que favorezcan la productividad se suma una tercera razón de peso para la elaboración de una agenda industrial para Guayaquil: la económica. Un parque industrial con cercanía y accesibilidad a puertos, aeropuertos, carreteras y puentes, servicios básicos y TICS, permitirá garantizar un nuevo polo de desarrollo, evitando una posible migración de la actividad fabril a zonas industriales de otros cantones, con la correspondiente merma en las rentas de la ciudad.
La elaboración de esa agenda podría ser el legado que los gremios productivos, los industriales y la academia, en colaboración con la autoridad local, dejen a Guayaquil en el ya próximo bicentenario de su independencia.