La nueva propuesta
Más allá del modelo, independientemente del método, trascendiendo al pedagogo, la nueva propuesta para la educación hoy está basada en el trabajo de desarrollar la inteligencia humana. Parece mentira, que si bien nos identificamos como el ‘Homo sapiens’, recién es al final del siglo XX cuando comienzan a llegar las informaciones sobre el trabajo que el cerebro humano realiza para reconocerse inteligente.
Que somos ‘sapiens’ nadie lo dudó y siempre nos jactamos de serlo pero, hasta no descubrir las interrelaciones neuronales y cómo el cerebro se activa en zonas e impulsa aprendizajes, emociones, etc., poco o nada conocíamos sobre el pensar del ser humano. Hoy, que comienzan a aclararse funciones fisiológicas y nerviosas de la conducción cerebral, se establecen nuevas bases y pisos para el soporte de la educación contemporánea.
Por otro lado, la multiplicidad de ciencias que se inauguran y desarrollan veloces, los nuevos descubrimientos y apariciones de nuevas verdades; lo raudo de una tecnología que actúa en paralelo y que multiplica y universaliza el conocimiento de manera veloz, se suman al trabajo intelectual del ser humano que ve cómo cada vez más, le será imposible conocer y gobernar el conocimiento que ya no cabe como antes en una enciclopedia y lo desborda.
Esos dos escenarios, a más de otros, propios de la posmodernidad, hacen que el objeto de la educación se vuelque desde el concepto a aprender hacia la mente que aprende y descubre para todos, que se vuelve indispensable trabajar y fortalecer los procesos de aprendizaje, desarrollando la inteligencia para enseñar así a pensar y a aprender desde el mundo del alumno. La inteligencia: su construcción, su desarrollo, su entrenamiento analítico, crítico y creativo, se vuelve el objeto a alcanzar.
Al no haber memoria humana capaz de guardar el conocimiento que hoy se produce y el que exponencialmente se producirá, es vital trabajar en los procesos de pensar del alumno para que sepa enfrentar los retos que le planteará el mundo de la academia, la ciencia y la sociedad en que vivirá.
Se vuelve indispensable trabajar y fortalecer los procesos de aprendizaje’.