Abandono deportivo
EDITORIAL
La situación actual del deporte guayasense, y ecuatoriano en general, se puede medir perfectamente según el estado en el que se encuentren las sedes de cada una de las disciplinas, ya que son los lugares destinados a la preparación de quienes luchan por obtener un sitial importante en las competiciones.
Si sus bases no están en las mejores condiciones para garantizarles, al menos, las herramientas básicas de entrenamiento, mucho menos lo estarán los usuarios, que ya van en desventaja frente a las potencias deportivas mundiales que sí cuentan con toda la infraestructura e insumos para alcanzar óptimos niveles de rendimiento.
El estado de varios escenarios deportivos es, por decir lo me- nos, deplorable, y esto ha sido denunciado en su momento por los mismos deportistas en más de una ocasión.
Es inadmisible que lo único que conste en los registros contables del inacabado Coliseo de Deportes de Combate, conocido como el Monstruo Naranja, es que tendría un costo de más de un millón de dólares, y que siga a la intemperie soportando sol y lluvia ante los ojos de una ciudadanía que ni siquiera sabe para qué sirve.
También es inaceptable que nadie recuerde cuándo se comenzó a construir este edificio, ubicado en el norte de Guayaquil, que, en lugar de ser un centro de alto nivel competitivo, funciona como bodega de la Fedeguayas. Preocupa, además, que ninguna de las administraciones haya pedido informes sobre
Es hora de ser recíprocos y darle al deporte nacional el lugar que se merece. Pedir cuentas y transparentar los presupuestos de cada una de las federaciones sería un buen comienzo’
el particular con el fin de solucionar el problema.
Este tema debería ser investigado por la Contraloría para saber cómo se han usado los fondos públicos.
En la misma situación de abandono están piscinas, pistas y canchas deportivas, que no cuentan con el financiamiento adecuado para funcionar.
¿Cómo se les puede pedir a nuestros deportistas mejores niveles de participación si ni siquiera cuentan con lugares decentes para sus entrenamientos? Ellos merecen respeto y locales dignos para que puedan desarrollarse en mejores condiciones.
Es hora de darle al deporte nacional el lugar que se merece. Pedir cuentas y transparentar los presupuestos de cada una de las federaciones sería un buen comienzo.