Argentinos aguzan el ingenio frente a la inflación sin tregua
Los clientes apelan al trueque o a las compras al por mayor para hacer frente a la crisis ❚ Mecanismos que recobran vida con la ayuda de las redes sociales
El precio de la harina se duplicó en pocos meses, los huevos y el aceite en alza. Las compras diarias son un dolor de cabeza para muchos argentinos que apelan al trueque o a mercados al por mayor para enfrentar una inflación galopante.
“Está complicado hacer todas las compras en un único sitio. Caminamos todo el día para encontrar los mejores precios”, explica Agustina Saravia frente a los puestos de la feria semanal de Nueva Pompeya, un barrio de Buenos Aires donde viven familias de clase media baja y aún más modestas.
EL DETALLE LATAM. La aerolínea anunció que hoy todos sus vuelos en Argentina serán cancelados debido a un paro nacional y llamó a los pasajeros a reprogramar viajes.
“Aquí los tomates cuestan 50 pesos el kilo, en la verdulería cuestan 30”, señala la treinteañera, antes de irse a ver cuánto salen en el mercado. Solo después decidirá dónde comprar.
Igual que ella, la mayoría de los clientes del mercado estudian los precios de los carteles con atención, dudan, los comparan y solo después, quizás, volverán a por un kilo de manzanas o algo de verduras.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (Indec) entre enero y agosto la inflación sumó 24,3 %. En el caso de los alimentos básicos, el alza es mucho más notoria con picos en el aumento del precio de la harina (115 %), huevos (56 %) y aceites (40 %).
Otro modo de defender los ingresos, son las compras al por mayor en las que muchas cadenas de supermercados se han especializado en los últimos años.
“Si compro por mi casa un paquete de arroz por día, aquí compro dos paquetes familiares. Así con todo”, explica Vanessa Ledesma, una madre de cuatro niños delante de un supermercado mayorista al que llegó después de un viaje de 40 minutos en autobús.
Sobre un espacio verde, detrás de la estación de tren en Monte Grande, a unos 40 km de Buenos Aires, las compras al por mayor tienen otra cara.
Tamara, de 28 años, vino para cambiar algunos paquetes de azúcar comprados en el ‘mayorista’ algunos meses atrás. Sin trabajo, con una hija que mantener y un alquiler que pagar, el trueque organizado se convirtió para ella en el único medio de hacerle frente a la crisis.
“Hace dos meses que no voy al supermercado. Compro todo con el trueque. Vengo tres veces por semana”, explica la joven que acaba de cambiar dos kilos de azúcar por conservas, tomates y ropa.
Surgidos durante la devastadora crisis económica de 2001, los clubes de trueque nunca desaparecieron del todo en Argentina. Las dificultades económicas actuales les hicieron recobrar vigor y ahora las redes sociales facilitan los contactos entre potenciales clientes.
“Nos organizamos vía Facebook para que la gente pueda tener pedidos para el viernes y hacer canjes concretos (...). Algunos hacen hasta una hora de viaje”, explica Miriam Silva, una de las administradoras del grupo “Canje solidario MG”, de unos 3.000 miembros y que realiza una sesión de trueque todos los viernes en Monte Grande.
RECHAZO AL PLAN ECONÓMICO