“Lanzaba 40 tiros luego de entrenar”
duenass@granasa.com.ec res pasos para atrás, el último más corto, y otro hacia la derecha. A unos 15 grados de la pelota, David Quiroz visualiza el balón y el ángulo donde piensa ubicarlo, un ritual que perfeccionó con el tiempo y lo llevó a ser considerado uno de los mejores ejecutantes de tiros libres en nuestro país. Aquella destreza del guayaquileño, escasea en el actual torneo nacional.
El Cholito reconoce que se ‘graduó’ de esta clase en los puros criollos; el maestro: Ever Hugo Almeida. “Comencé desde que estaba en El Nacional. Lanzaba de 30 a 40 tiros luego de entrenar. El profesor (Ever Hugo) Almeida, a pesar de ser portero, cobraba muy bien los tiros libres. Mandó a hacer un ángulo con una red y una barrera y me quedaba todo el tiempo con él. Me enseñó mucho. Tenía problemas con los utileros porque querían irse, pero yo agarraba la bolsa de pelotas e iba a practicar”.
Quiroz habló de la particularidad en el cobro libre: “Es un pase al arco, al ángulo, no un tiro cualquiera. Hay que disparar con fuerza y colocación. Si va con dirección pero sin fuerza, puede llegar el portero; y si es al revés, se puede ir afuera”, explicó a EXPRESO.
Cuando se paraba junto al balón, “era yo, la pelota y el ángulo. Borraba al arquero, la barrera y la hinchada. No me gustaba que estén
TGUAYAQUIL a mi lado”.
Quiroz, hoy con 37 años, añora cobrar un tiro libre con estadio lleno en el fútbol de élite. Su último club en Serie A fue Olmedo en 2014, un cierre de su carrera no tan acorde a sus virtudes, que en su momento lo llevaron a la Tricolor. “La verdad es que uno extraña todo eso, pero son cosas que quedan como un lindo recuerdo. Sé que se pudo hacer algo más, pero ya es el pasado”.
David Quiroz torturó a varios porteros locales gracias a su cobro de pelota parada. Habló de la falta de especialistas en el campeonato
EL DETALLE Futuro. Quiroz tiene en sus planes dirigir. Por eso estudia para director técnico. Le restan cuatro semestres para poder graduarse.
Uno de los tiros libres que recuerda con más cariño es el que le anotó en 2010 a Máximo Banguera en el Monumental. “Normalmente yo paro a dos compañeros al lado de la barrera. Eso obliga al arquero a abrirse más para ver el balón, deja más espacio y para llegar a la pelota le toca adivinar. Máximo quiso adivinar y cuando intentó volver ya era difícil porque ya no me veía, por la barrera que me tapó todo, y se la crucé”.
De los cobradores actuales, Quiroz resalta a Ángel Gracia (El Nacional), pero reconoce que “hoy no hay un Quiroz”. “No sé si se quedan practicando o no, pero si no hay tantos goles de tiro libre es porque no se lo entrena”.