PADRINOS
La fundación aspira a que empresas privadas e individuos apadrinen a los pequeños o a la entidad. Los interesados pueden comunicarse al teléfono 2383630.
Cuando la fundación inició su trabajo, el futuro parecía brillante. Perteneciente a la parroquia San Antonio María Claret, de Urdesa, la escuela gozaba con las donaciones de los feligreses y de las empresas privadas para seguir. Un promedio de $ 110.000 anuales que servía para cubrir los sueldos de seis docentes, los libros, los útiles escolares, los uniformes de los chicos e incluso su almuerzo.
“Esta obra siempre nos llenó de mucha alegría, porque estábamos cumpliendo con un trabajo digno, educando a estos niños, cuyas familias a duras penas tenían para comer. Muchos venían de familias separadas, con padres que no tenían trabajos estables y que difícilmente podían enviarlos a la escuela. Acá se educaban, almorzaban, y podían forjar un camino a futuro”, explicó Mancero.
Pero en los últimos años, las donaciones menguaron y hoy por hoy, la fundación ya no sabe qué más hacer para continuar financiando su labor.
“Hemos hecho bingos, rifas, todo lo que hemos podido imaginar, pero hemos llegado a un punto donde necesitamos padrinos y empresas privadas que apadrinen a nuestros chicos para que podamos continuar”, subrayó el directivo.
La docente Patricia Vera, quien lleva cuatro años en la institución, agrega que, para los pequeños, el cierre de la entidad representaría una calamidad. “Aquí, los niños no solo aprenden sus materias, sino valores y fe. Para ellos, perder este espacio sería muy duro, igual para sus padres, pues muchos no podrían brindarles una oportunidad igual”.
Mientras tanto, los directivos y padres de familia intentan poner en marcha un taller de costura que los ayude a solventar los gastos pendientes. Saben que no será suficiente, pero al menos mantendrá a flote la escuela hasta que lleguen las manos solidarias.
anual que se necesita para mantener la institución funcionando y pagar sueldos.