Serie de violaciones y torturas en un centro de rehabilitación
En el lugar se daba supuesto tratamiento a 16 personas
Con una fractura en la mandíbula superior, sin medicinas ni derecho a quejarse, vivió las últimas tres semanas una de las internas del centro de rehabilitación Dejando Huellas de El Carmen, cerrado por las autoridades el pasado martes por supuestas torturas y abusos.
Julia (nombre protegido) sostuvo que esa lesión se la provocó Jeanpier Vivas, dueño y administrador del establecimiento, porque ella le insistía que la llevara a un médico, tras enfermarse debido a que como castigo no le daban agua y ella bebió la del inodoro.
Ella era profesora, sin embargo fue internada por supuestos trastornos de carácter. La profesional también acusó a Vivas de abusar sexualmente de ella, pues la obligaba a bañarse desnuda mientras le tocaba sus partes íntimas. “A mí me acosaron, pero mis compañeros sí fue-
LA FRASE Desde que entramos perdimos todo derecho. Nos hacían escribir cartas a punta de torturas.
ron violados”, indicó.
Felipe (nombre protegido), otro de los internos, lo corroboró. Detalló que constantemente tres de sus compañeros eran llevados a un cuarto por el terapeuta. En el lugar presuntamente eran obligados a cumplir favores sexuales, ya que si se negaban eran golpeados con bates, tubos de metal o latas de madera.
Las golpizas que los internos recibían eran justificadas bajo el nombre de “despertar espiritual”. La mujer fue liberada luego de que una psicóloga le realizó un test y se diera cuenta de que estaba sana. Al salir acudió a la policía para salvar a sus compañeros.
Según los agentes, al llegar los internos lloraban y gritaban pidiendo que los liberen.