Las coronas culminan una tradición de respeto y amor
El negocio en papel de crepé decae en Quito ❚ Elaborar estos arreglos requiere de paciencia y habilidad ❚ Los vendedores luchan por mantener su vigencia
EL DETALLE Materiales. En la actualidad, en los camposantos predominan las flores de plástico. De igual forma en los cementerios parroquiales sí hay este tipo de coronas. MANUALIDAD
Las tumbas en los cementerios de Quito están adornadas con flores de plástico; unas pocas con rosas frescas. La tradición de colgar coronas de papel crepé en las cruces de piedra de los cementerios capitalinos se ha ido perdiendo, como lo comprueba Rosa Pacheco mientras recorre el camposanto de San Diego, en el centro de la ciudad, para visitar a uno de sus difuntos.
Dice que su madre le contó una vez que las coronas son de forma circular porque simbolizan el ciclo de la vida: nacer, crecer, reproducirse y morir. También representan el amor y respeto hacia aquellos que ya han partido de este mundo. Por eso su importancia en el Día de los Difuntos.
Sin embargo, ese símbolo que ha pasado de generación en generación, se ha ido desvaneciendo entre los pasillos de los antiguos y tradicionales panteones de la ‘Carita de Dios’. Dicen que hoy la gente prefiere los adornos florales de plástico, lo que ha provocado que el negocio de las coronas vaya en picada.
Dolores Gallardo tiene las manos arrugadas. Durante 50 años se ha dedicado a la confección de estos redondeados objetos de crepé morado, blanco, negro, café... El secreto: “Paciencia”, confiesa la mujer, de 83 años, quien atiende un pequeño local – y uno de los pocos que hay– en las afueras de San Diego.
Sentada en un pequeño banco, recuerda que desde los ocho