Orgullo cuencano en Guayaquil
En la conmemoración de la Independencia de la capital azuaya, sus hijos que residen en la urbe cuentan sus historias de superación ❚ La saludan con regocijo
AYpropósito de la celebración de los 198 años de Independencia de Cuenca, EXPRESO relata la historia de cinco cuencanos que decidieron sembrar sus raíces en Guayaquil.
La oportunidad de ver crecer a sus familias y de emprender negocios en áreas en la ciudad aún no explotadas o, por el contrario, con alta demanda sobre todo en el campo de la gastronomía, los llevó a refugiarse y hasta expandir su familia en la urbe porteña.
Para todos, que aseguran haberse acostumbrado al clima, a la gente, al movimiento, a los sitios turísticos y la comida típica de su nuevo hogar, esta fecha es sinónimo de nostalgia. “Amamos Guayaquil, pero extrañamos nuestra tierra”, coinciden al evocar las ferias al aire libre, las actividades en medio de la naturaleza, las costumbres propias de su cultura y esa forma tan peculiar que tienen los barrios para llenarse de color, música y juegos tradicionales; además de la familia y amigos de toda la vida.
Y es que si bien llegar a Cuenca no les toma más de tres horas, razón por la que algunos la visitan constantemente, hay otros que por sus obligaciones se ven frenados a visitarla con frecuencia.
Lo bueno, concuerdan, es que en Guayaquil la comunidad de cuencanos es amplia. “Aquí nos topamos con amigos de colegio, de la universidad y el barrio...”. Además, precisan, “los guayaquileños son tan abiertos y alegres que fue rápido conseguir amigos, que en pocas palabras nos acogieran”.
Hoy algunos de ellos ya están en su tierra natal y mientras que otros prefirieron celebrar a Cuenca desde su nuevo hogar en el Puerto Principal.
MÓNICA CALLE