PERISCOPIO
“EL que las hace, las paga”, dice el viejo dicho bajo la consigna de “no conceder perdón ni olvido”. Y así, aunque con cierta lentitud, le está cayendo la justicia a quienes durante el correísmo se llevaron gran parte del dinero que dejó el subido precio del “oro negro” y la “metida de mano” en la señora ciega de la balanza. Ya se pidió prisión para un quinteto de exservidores de la Secom por embolsicarse algunos dineros producto de sospechosos contratos. Se espera que los casos Balda y Gabela no queden olvidados y que pronto se conozcan las sanciones para los culpables. LA misteriosa fuga de Fernando Alvarado, sin saberse todavía cuál mismo es el país que le ha dado asilo (¿Venezuela acaso?) y de qué manera cruzó las fronteras patrias si no existe ningún registro de su salida del país según la ministra María Paula Romo, aún no se resuelve aunque ya la Fiscalía ha pedido que las autoridades competentes apresen a los vinculados al caso antes de también hacerse humo como el exsecretario de información correísta. Lenín, sin embargo, no se demoró en cancelar a más de tres decenas de burócratas sospechosos de no haber tomado en cuenta las señales del grillete que con tanta facilidad se quitó el hoy ausente personaje. DOS asambleístas del género femenino, Espín y Zambrano, se encuentran en la cuerda floja y pudieran irse a su casa si el plenario decide que han cometido pecados mortales al transgredir la ley. La primera ya está llamada por la Fiscalía por haber visitado en la cárcel, con muy malas intenciones, a la exagente Diana Falcón (dicen que con ofertas del propio Correa para salvarse este de la acusación en el caso del secuestro de Balda). Y a la segunda la han involucrado, los propios beneficiarios, en el affaire de los “diezmos”. Ya deben estarse preparando los respectivos suplentes.