Ecuador reinstaura a cónsul cesado en 1942 por salvar a judíos
Reconocimiento post mortem a Manuel Muñoz por su labor
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador reinstauró ayer como cónsul honorario en Estocolmo, de manera simbólica, al diplomático Manuel Antonio Muñoz Borrero, por haber salvado a cientos de judíos durante el Holocausto.
En el acto, celebrado en Quito, el canciller José Valencia dejó sin efecto el acta ministerial por la cual, el 13 de enero de 1942, se procedió a destituir a Muñoz Borrero por haber facilitado 80 pasaportes a judíos que se encontraban en Estambul.
La nueva acta ministerial también exalta su labor “como defensor de los derechos humanos” para salvar a los judíos “aun a costa de su bienestar personal y familiar”, y pide disculpas a familiares y amigos del diplomático.
Su sobrino-nieto Esteban Coello, que ayer recibió copia del acta, afirmó que la Cancillería ecuatoriana de la época “lo ignoró y lo dejó en el olvido” a pesar de su labor “de altísima humanidad en la que se jugó la vida para salvar a unos desconocidos”.
“En las últimas décadas, su historia se reconstruyó gracias a muchos esfuerzos de la familia y de otros historiadores en Israel, en Argentina, en Europa, en EE.UU. y en Ecuador y logramos reconstruir toda la historia de Manuel Antonio, su heroísmo, y este es el paso final para salvar su memoria”, recordó el pariente más cercano que hoy tiene en Ecuador.
Dado que no tuvo hijos con su esposa ecuatoriana, de la que vivió apartado durante décadas, su descendencia más directa fue la que tuvo con una mujer sueca, con la que tuvo un hijo ya fallecido.