Metrovía, una obra inconclusa
El sistema de transporte masivo no alcanzará a terminar las siete troncales proyectadas ❚ Una década con la tarifa congelada es el principal argumento
EL DETALLE Inventario. Las tres troncales activas tienen cuatro terminales, cinco estaciones de integración, 95 paradas, 165 articulados y 174 alimentadores. EN OTRAS CIUDADES
Doce años han pasado desde que empezaron a rodar los primeros articulados de la Metrovía. El alcalde Jaime Nebot alentaba entonces el proyecto, y prometía que para el 2020 estarían listas las siete troncales que lograrían consolidar la movilización de cerca de medio millón de guayaquileños, pero aquello no podrá cumplirse.
Las troncales Puente Portetecentro, Prosperina-centro y Orquídeas-centro no tienen fecha de construcción, lo que para algunos expertos supone el incumplimiento de uno de los objetivos propuestos, conectar a todo Guayaquil.
“Los articulados recuperaron su inversión en algo más que la mitad de tiempo previsto y eso demostró que el sistema era rentable. Guayaquil crece de manera progresiva y demanda una buena transportación. El plan inicial de la Metrovía está siendo maltratado, llegando al fracaso. Tres troncales no son un sistema”, sentencia el urbanista Felipe Huerta, quien participó en la creación de las rutas de la Metrovía.
El gerente del consorcio Metroquil y presidente de la Federación de Transportadores Urbanos del Guayas (Fetug), César Carranza, tiene un solo argumento para este retraso: la tarifa congelada de 25 centavos que estuvo vigente una década. “Hubo dificultades hasta para comprar repuestos, no se diga para aumentar la flota”. Cada articulado tiene un costo de 300.000 dólares.
La Fundación Metrovía cuenta con tres troncales, Metroquil, que tiene 45 articulados y 33 alimentadores; Metrobastión, con 65 articulados y 86 alimentadores, y Metroexpress, que cuenta con 55 articulados y 55 alimentadores. La gran mayoría de ellos cumplió su vida útil y ahora, tras una nueva prórroga, tienen 8 años para renovarse. En el proyecto inicial, estaba previsto que cada troncal funcione con cerca de cien articulados, recuerda Huerta.
“Con el sistema de transporte masivo incompleto, lo que tenemos ahora es un servicio limitado, óptimo solo en los sectores que cubre: pero hay lagunas de demandantes no satisfechas”, insiste el urbanista.
Esto no es del todo cierto, defiende el expresidente y actual asesor de la Metrovía, Federico von Buchwald. Hoy, el sector no atendido popular es el suburbio, pero eso es lo que hará la troncal 4, ahora en proceso de construcción. “Al margen de que sean siete o veinte las troncales proyectadas al inicio, las más significativas son cuatro. Las primeras tres ya existen. Todas juntas atienden a los barrios más populares: Guasmo, suburbio y Bastión. Con un total de 420 mil pasajeros diarios”, explica.
Von Buchwald cree que las troncales que faltan pueden cubrirse con alimentadores. Es lo que se hará ahora. La ruta prevista para la 5, que era puente Portete- centro, se incluirá en la 4. La que se proyectó para la seis, que es la Juan Tanca Marengo, con alimentadores de las troncales 2 y 3, y la destinada para la 7, que iba a salir de Las Orquídeas hacia la Francisco de Orellana, hasta la avenida de las Américas, igual.
Zonas como Pascuales, vía a Daule, Mapasingue y Ceibos, así como muchos otros del sur, están cubiertos con alimentadores, pero estos suelen demorar hasta 15 minutos en pasar, como ocurre en la cooperativa Quisquís, donde alumnos de la Facultad de Comunicación Social siempre se quejan por las demoras.
El urbanista Huerta, que conoce bien el proyecto inicial, afirma que no hay un suficiente número de alimentadores. “Sería imposible atender esa demanda con la solución que propone Von Buchwald. Matemáticamente no es factible”.
Fundación Metrovía no descarta revisar la necesidad de continuar con el proyecto inicial. “Incluso se ha pensado en agregar una línea integradora por la vía Perimetral”, adelanta Von Buchwald.
El experto en movilidad Carlos Jiménez observa que Guayaquil sigue siendo una ciudad que tiene una fauna de transportes: mototaxis, buses y metrovía.
“No se está pensando de manera sistémica, analizando el crecimiento poblacional y las brechas reales. Debe haber una coordinación entre uso de suelo y movilidad, para integrar estos sistemas, como sí se hace en las grandes ciudades”, concluye el experto.