El pleno ejercicio electoral de la mujer todavía es una deuda
En las listas unipersonales se evidencia la diferencia ❚ Estereotipos y falta de compromiso de los partidos, entre los motivos ❚ El CNE reconoce la realidad
La disposición legal de que las listas pluripersonales para las elecciones estén integradas bajo estricto respeto a la equidad, paridad, alternabilidad y secuencialidad entre hombres y mujeres y viceversa impulsó la participación electoral de este último grupo, pero la desigualdad persiste.
Si bien en las listas pluripersonales no se vislumbra la brecha (aunque es debatible), cuando se analizan las unipersonales aparece el desequilibrio. Dos ejemplos: de las 17 candidaturas a la Alcaldía de Guayaquil, dos son mujeres; y de las 20 a la Prefectura del Guayas, cinco son mujeres.
Está claro que resultaría absurdo pensar que la ley debe obligar a las organizaciones políticas a ponerse de acuerdo para que unas postulen hombres y otras a mujeres para reducir esa diferencia, pero no es menos cierto que la distancia existe. Así lo reconoce Ruth Hidalgo, directora ejecutiva de la Corporación Participación Ciudadana. “Es obvio que la participación política de las mujeres no es como debería ser. No están participando activamente”.
Entre las razones de esta realidad que esgrime Hidalgo está la existencia de estereotipos en la sociedad que estigmatizan la participación política de las mujeres. Además, el poco o escaso interés de los partidos políticos de crear espacios efectivos de participación, de formación política y de reclutamiento de las mujeres. “También al hecho de fichar a modelos o figuras de la televisión con el respeto de merecen sus profesiones”, precisa, como candidatas sin una previa formación que aporte en la ejecución de políticas públicas locales.
Cecilia Calderón es una de las cinco candidatas a la Prefectura del Guayas. A lo largo de su vida política ha sido la primera mujer consejera provincial, la primera viceprefecta y la primera en estar al frente de un partido político, por lo que su trajín no ha sido fácil, cuenta. Con esta experiencia, cree que son las mujeres las llamadas a impulsar su propia participación. ¿Cómo? Dando el ejemplo y formándose. “A través de ese trabajo de concejalías, juntas parroquiales y más, las mujeres se van a ir formando para entender que el quehacer político es necesario y que es parte de ser mujer”.
Desde el Consejo Nacional Electoral reconocen la realidad. Su presidenta Diana Atamaint cree que esta refleja la poca conciencia ciudadana y el compromiso de las organizaciones políticas de dar oportunidades a las mujeres sea que la ley o no se los demande. “No han madurado en los procesos de formación política de las organizaciones, la conciencia y el compromiso de los ciudadanos incluso para que las mujeres podamos prepararnos para ser candidatas”.
EL DETALLE Listas pluripersonales. El artículo 160 del Código de la Democracia obliga a mantener la equidad, paridad, alternabilidad y secuencialidad entre hombres y mujeres o viceversa. Hablar de que las mujeres no quieren involucrarse en política es uno de los errores más grandes. No es que no quieren, es que el espacio para participar es más difícil.