Hoy empieza el 2019
EDITORIAL
Cerró el 2018 con vacaciones que se prolongaron hasta este miércoles 2 de enero del 2019. En ejercicio de una estrategia que parece no variará, se aprovechó el miniferiado para tomar minimedidas económicas. Hasta donde se puede conocer, el mayor impacto lo ha recibido la popularidad del presidente, que ha tenido una fuerte caída desde los días gloriosos de una aceptación cercana al 80 %. Bien se ha dicho que uno de los capitales a gastar por parte de los dirigentes populares es su capital político. Pareciera que el del jefe del Estado se pone en riesgo si se lo continúa consumiendo y entonces, en afán de que se recupere dicho indispensable patrimonio para garantizar gobernabilidad conviene que su crecimiento se lo- gre realizando, sin dedicar más tiempo a un ya prolongado preoperatorio, la cirugía mayor a la impunidad y la recuperación de los fondos robados.
Parece claro que el Ecuador está dispuesto a soportar los sacrificios que ahora se le imponen, sin que haya sido parte de la fiesta de despilfarro y corrupción anteriores, siempre y cuando los negligentes y corruptos responsables de la actual situación reciban su merecida sanción. No se trata de ejercer venganza pero, el pueblo no puede sufrir las insuperables consecuencias del desgobierno anterior mientras que los culpables disfrutan de los dineros mal habidos y pueden hacer amplio uso de ellos contratando los abogados más hábiles (y caros) en la defensa de ladrones de los fondos públicos.
Cabe entonces reiterar, superando
¿Empezar de nuevo con gran dinamismo o continuar caminando despacio como si todo estuviese muy bien?’.
nacionalismos sin sentido: si la calidad de la administración de justicia en el Ecuador genera todo tipo de suspicacias, conviene insistir en una propuesta de campaña de casi todos los candidatos durante la anterior lid electoral: solicitar a las Naciones Unidas la conformación de una comisión Internacional para luchar contra la impunidad y por la recuperación de los dineros públicos sustraídos.
Debe ser una prioridad, entre los múltiples buenos propósitos gubernamentales del 2019, pasar de los dichos a los hechos, desterrando, en todos los ámbitos de la gestión gubernamental, cualquier género de vinculación con el nefasto pasado inmediato. Hacerlo, cuando ya está por cumplirse la mitad del período presidencial es obligación impostergable. Por salud pública.