Diario Expreso

Los ‘globos del deseo’ causaron incidentes

Hubo sustos y conatos de incendio. Un experto reitera que no son para la ciudad

- VANESSA LÓPEZ QUIÑÓNEZ lopezk@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

El pasado 31 de diciembre, la celebració­n por el cierre de 2018 se vivió con un cúmulo de tradicione­s en Guayaquil, pero también con una nueva tendencia: la elevación de los populares ‘globos del deseo’, que provocaron incidentes y sustos, por lo que dejó una alarma en la ciudadanía sobre su uso.

EXPRESO ya había publicado el 30 de diciembre que estos objetos de papel, a los que se les coloca en su interior una vela de cera, habían sido prohibidos en otros países por ser causantes de incendios. Pero en esta ciudad se vendían libremente y sin advertenci­a de su peligrosid­ad.

Esto último lo evidenciar­on quienes decidieron “enviar al cielo” sus anhelos para 2019 en medio de esos faros de papel.

El Cuerpo de Bomberos de la ciudad atendió entre el pasado 30 de diciembre y el 1 de enero, 204 emergencia­s. De esas, 29 fueron incendios.

Y aunque la entidad no registra a los causantes de los siniestros, los reclamos y llamadas de emergencia de ciudadanos aseguraban que los juegos pirotécnic­os y, en algunos casos, ‘los globos del deseo’ habían provocado los incidentes.

En la ciudadela Samanes 1, por ejemplo, cerca del colegio Fénix, uno de estos objetos cayó en el techo de una casa, derritiend­o gran parte del tejado.

Y los accidentes fueron muchos. “En medio de la quema de los monigotes, unos vecinos en la peatonal encendiero­n los dichosos globos de los deseos. Uno de esos cayó en mi patio donde tengo un modular. Tuve que dejar el festejo para sacar con el vecino el globo que casi incendia mi modular”, narra Olga Briones, moradora de Brisas del Norte.

Carlos Negrete, residente de la ciudadela Las Orquídeas, también en el norte, cuenta el susto que se llevó junto a su familia por esos globos. El 31 de diciembre, en el patio de su casa cayeron dos de ellos muy cerca de su prima, de 4 años, quien salió ilesa gracias a la acción rápida de toda la familia.

Natie López, residente de la ciudadela Martha de Roldós, también recuerda y lamenta su decepción. “Compré uno y nunca se elevó en el aire, entonces lo apagamos; pero el de algún veci- no cayó en los cables de luz de mi casa; y como se estaba incendiand­o tuvimos que lanzar una escoba para que se desenrede”.

Ante ello, hay ciudadanos que plantean que la comerciali­zación de los globos debe ser prohibida.

“Yo vi por mi sector que un niño de 6 años se fue quemando el brazo, después que su padre le pidiera que prenda uno de esos faros y que pida un deseo. Pero ese objeto se le pegó al brazo y le causó quemaduras de segundo grado”, cuenta Fernando Insua Romero, morador de Luque y Boyacá, en el centro de la urbe.

Los vendedores deslindan responsabi­lidad. “Está siendo mal utilizado en Guayaquil”, aclara Fu Ming Zhu, un comerciant­e chino quien vive en el puerto desde hace más 30 años y expende esas velas de papel bambú.

“Este año traje desde China 10.000 de esos ‘faros del deseo’, y solo me sobraron 12”, indica. “La gente se peleaba por comprarlos y a cada comprador le decía que debía elevarlo en la playa como se hace en China. No en la ciudad, porque puede causar accidentes”.

Para Zhu, la elevación de los ‘globos del deseo’ representa una bella tradición asiática que se aprecia cada 5 de febrero, en el Festival de la Luz de su nativa nación. “Se envían los deseos a Dios. Como lograr paz, felicidad y buenos negocios. Siempre se cumplen”, resalta.

Esas frágiles lámparas que se usaron por primera vez en el siglo II en China, por miembros de la Armada para comunicars­e entre sí, son una tradición asiática que ahora marca una peligrosa tendencia en la ciudad.

EL DETAL LE Restricció­n. En ciudades de Chile, Panamá, Caracas y Polonia, los globos del deseo son parte de la pirotecnia ilegal.

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