La identificación se realiza a cuentagotas
Las autoridades culminaron ayer las labores de búsqueda de víctimas por el estallido el viernes de un ducto de combustible, una tragedia que dejó al menos 79 muertos.
Un censo hospitalario indica que 66 personas continúan internadas, los casos más graves fueron trasladados a la capital, informó el ministro de Salud, Jorge Alcocer.
En Tlahuelilpan, la localidad donde ocurrió la explosión, solo se ven soldados del Ejército mexicano resguardando el perímetro del desastre.
Los funerales de varios fallecidos han empezado a celebrarse, aunque la entrega de cuerpos a los deudos ha sido a cuentagotas porque se están haciendo pruebas de ADN que permitan identificarlos.
El fiscal de Hidalgo, Raúl Arroyo, dijo que la gravedad de las quemaduras de 54 de los fallecidos ha impedido su identificación, advirtiendo de la necesidad de las pruebas genéticas.