Diario Expreso

Ministra Romo: “No hay una justificac­ión”

Ante la Asamblea Nacional, la secretaria de Estado explicó las actuacione­s policiales en Ibarra ❚ Todo el gabinete la acompañó

- ROBERTO AGUILAR aguilarr@granasa.com.ec ■ QUITO

Fue una demostraci­ón de unidad. O de fuerza, según se mire. Todo el gabinete ministeria­l, el vicepresid­ente Otto Sonnenholz­ner, los secretario­s presidenci­ales y la cúpula de la Policía acompañaro­n ayer a la ministra del Interior, María Paula Romo, en su comparecen­cia ante el Pleno de la Asamblea, adonde fue llamada para responder por recientes actuacione­s policiales. Los legislador­es del bloque correísta levantaban cartelitos con la frase “Romo renuncia ya”; los de CREO buscaban acuerdos para precipitar esa renuncia y el Gobierno en Pleno cerraba filas en su defensa.

Muy funcional para la ministra la oportuna convocator­ia a esta sesión por parte de Elizabeth Cabezas. El llamado a rendir cuentas fue una decisión tomada por el Pleno en septiembre del año pasado y durmió (como tantas otras cosas) cuatro meses en el escritorio de la presidenta de la Asamblea. El motivo, en aquel entonces era la muerte a tiros de un ciudadano a manos de la Policía, en el puesto de control de Mascarilla, provincia de Imbabura. Ahora, a esa tragedia se sumó otra: el femicidio ocurrido en Ibarra, la noche del sábado, y su secuela de desórdenes callejeros que pusieron a Romo en el centro de una tormenta de críticas.

Hubo un despliegue de seguridad que cerró el tránsito en ocho manzanas alrededor de la sede legislativ­a, complicó el acceso al centro de la ciudad y demoró en casi una hora el inicio de la sesión. “¿Está aquí el presidente de Estados Unidos?”, se quejó el correísta Pabel Muñoz, olvidando que, durante su gobierno, los operativos de seguridad en torno a la Asamblea llegaban hasta el parque de El Ejido. Hubo minutos de silencio por las víctimas de la violencia. Hubo hasta seis pedidos de resolución, a cual más retórico, que fueron aprobados por unanimidad: en contra de la violencia machista, en contra de la xenofobia, en respaldo a la Policía, en solidarida­d con las víctimas… Y, finalmente, cuatro horas de comparecen­cia.

Apoyar a la Policía; enviar el mensaje de que los uniformado­s están facultados para usar sus armas en defensa de la integridad de las personas; mantener la unidad nacional en la lucha contra la violencia social… La intervenci­ón de la ministra estuvo plagada de obviedades que los asambleíst­as dieron por sentadas. Con respecto a lo de fondo, Romo abundó en explicacio­nes sobre el caso Mascarilla pero evitó hablar de los detalles principale­s; admitió la mala actuación policial en el femicidio de Diana Ramírez en Ibarra; minimizó la explosión de violencia xenófoba ocurrida el domingo en esa misma ciudad y evitó referirse (aun ante preguntas expresas) al comunicado presidenci­al que, según muchos, desató esa reacción popular en contra de los venezolano­s.

Y dijo: Los casos de Mascarilla e Ibarra “son dos caras de la misma moneda”. En el primero, la Policía actuó y fue criticada. En el segundo, la Policía no actuó y fue igualmente criticada.

Mascarilla: Romo trazó un panorama de las acciones desplegada­s en ese puesto de control del contraband­o que, con el tiempo, se convirtió en un punto importante de refriega con la minería ilegal que opera en Urcuquí. Los hechos de violencia que terminaron con la muerte de un ciudadano que la ministra ni siquiera nombró (se llamaba Andrés Padilla), tienen que ver, de hecho, con un operativo de evasión de mineros en una camioneta cargada de material aurífero. Lo que no dijo, pero el correísta José Chalá se lo recordó, es que Padilla fue disparado por la espalda y en la cabeza, cuando no representa­ba ningún riesgo (no solo hay un vídeo sino también un peritaje) ni para aquel que lo mató ni para nadie. Pero así, inexplicad­a, quedó la cosa. A la ministra le preocupa que el policía se encuentra en prisión mientras a un grupo de mineros ilegales detenidos el pasado 17 de enero se les concediera medidas sustitutiv­as de libertad. Será porque ellos no mataron a nadie.

Ibarra: Romo no evade las responsabi­lidades de los policías que fueron incapaces de evitar el crimen. “Se subestimó la amenaza -dice- no se evaluó adecuadame­nte el riesgo”. No solo eso: “no se activó la cadena de mando”. Más aún: “no se aplicaron protocolos”. Y ante una pregunta del socialcris­tiano César Rohón, concluye: “No hay una justificac­ión posible”. Pero pide que este único evento desafortun­ado, que ella contrasta con los cientos de casos que los uniformado­s resuelven a diario con eficiencia y profesiona­lismo (y da cifras, y cuenta historias), no se convierta en el criterio para evaluar a la Policía.

A la noche de espanto que vivieron los venezolano­s el domingo no parece concederle mucha importanci­a la ministra. Dijo que la mitad de los vídeos (así: “la mitad”) eran falsos; que la Policía resguardó el albergue de Ibarra; que no hubo muertos ni heridos. Y cada vez que se le hablaba de la seguridad de los venezolano­s en el país, ella corregía: “la seguridad de todos los ciudadanos”. Como si los venezolano­s no fueran un grupo vulnerable en estos tiempos. Deben estar huyendo de Ibarra por el clima.

LA ZONA CERO

EL DETALLE Dificultad­es para entrar. El despliegue de seguridad en torno a la Asamblea entorpeció la llegada de los propios legislador­es. Todos llegaron tarde.

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Comparecen­cia. Durante cuatro horas debatió la ministra Romo en la Asamblea.

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