Figuración y negociación política
Con justificadas razones se critica la proliferación de aspirantes a los gobiernos seccionales que se elegirán en marzo. No debería preocupar que sean muchos, al menos en teoría aparenta ser democrático; lo cuestionable es que si admitimos que las campañas cuestan tiempo y dinero y el servicio público honesto demanda sacrificios, las motivaciones para participar se reduzcan a figurar, salir del anonimato o buscar cómo negociar antes, durante o después de la campaña, alguna cuota de poder o prebendas personales. Los acuerdos en política cuando persiguen objetivos cívicos o ideológicos son convenientes y necesarios, pero los “de toma y daca” son reprochables.
Lamentablemente se observa que la mayoría de candidatos carece de antecedentes de servicio a la sociedad, que debiera ser la credencial que exhiban para merecer el respaldo ciudadano. La multiplicación de nombres, producirá una dispersión de propuestas, existirá un torrente de mensajes en redes sociales, creando confusión, sobre todo en listas pluripersonales, lo que volverá difícil para el elector diferenciar las ideas o tesis que se propongan y se elegirá dignatarios sin representatividad.
En ese escenario prevalecerá el mercadeo de imágenes, ‘slogans’, regalo de camisetas y otros bienes menores, ayudas monetarias; se harán reuniones para captar votos donde se conversará de todo y nada, y habrá ofertas sin contenido ni trascendencia, muy lejos de los anhelos del conjunto de la sociedad.
A los partidos o movimientos políticos, que en algunos casos existen por influencias políticas o económicas, les interesa participar para obtener votos y seguir siendo
...se observa que la mayoría de candidatos carece de antecedentes de servicio a la sociedad, que debiera ser la credencial que exhiban para merecer el respaldo ciudadano’.
parte del grupo monopolista en que se convierten las incontables agrupaciones políticas a nivel nacional, provincial, cantonal, el cual tiene la exclusividad de participar en elecciones. Sus esfuerzos se limitan a conseguir quien les acepte una candidatura, sin importar la trayectoria del pretendiente, lo cual termina haciendo daño a la democracia, con un ciudadano condenado a escoger entre personas espontáneas a quienes pocos o nadie conoce.
Felizmente hay candidatos con merecimientos y liderazgo.