El brexit deja en punto muerto a los vehículos
La incertidumbre por la salida de la UE arrastra las inversiones en la industria local ❚ La producción se engarza con el continente
El automóvil británico vive una crisis sin precedentes por la incertidumbre creada por el brexit. En 2018, la producción de vehículos se desplomó un 9,1 %, las exportaciones al resto de la Unión Europea se contrajeron un 9,6 % y, lo que es muchísimo más significativo, las inversiones en nuevos proyectos se hundieron un 46 %, según los datos divulgados por la SMMT (siglas en inglés de la Sociedad de Productores y Vendedores de Automóviles), una organización que representa a la práctica totalidad del sector.
A juicio de Mike Hawes, consejero delegado de la SMMT, “sería catastrófico” que Reino Unido abandonara la Unión Europea sin ningún acuerdo. El sector del automóvil, cuyo sistema productivo está profundamente engarzado con el continente, siempre se ha opuesto al brexit, pero ahora se enfrenta, además, a la pesadilla de una marcha desordenada que amenaza con paralizar en apenas unos días las cadenas de montaje, que trabajan sincronizadas con los suministradores continentales.
El 80 % de los componentes utilizados proceden de la UE; el 65 % de los componentes manufacturados en Reino Unido se exportan a la UE; casi el 55 % de los vehículos ensamblados cada año se exportan al mercado comunitario (dos tercios, si se incluyen los países con los que la UE tiene acuerdos comerciales) y casi el 80 % de los vehículos matriculados cada año en Reino Unido proceden de la UE. “Creo que fue Honda quien hizo un estudio para acumular componentes para una semana de producción, pero hubiera necesitado un almacén tan voluminoso que sería el tercer edificio más grande en la tierra”, explicó Hawes días atrás, en la presentación en Londres del informe anual del sector.
El movimiento transfronterizo es intensísimo. Cada día, 1.100 camiones procedentes de la UE entran en Reino Unido con vehículos o con componentes, cada día llegan 1.300 automóviles y 4.700 motores, y salen hacia Europa 6.400 coches y 10.500 motores.
La incertidumbre que vive el sector desde el referéndum de junio de 2016, cuando los británicos optaron por abandonar la UE, se refleja sobre todo en el desplome de las cifras de inversión. En 2015 superó los 2.500 millones de libras (2.850 millones de euros); al final de 2016 se redujo a 1.660 millones, en 2017 fue de 1.100 millones y en 2018 se quedó en 590 millones de libras, según los datos calculados por la SMMT de acuerdo a las decisiones de inversión en factorías y plantas anunciadas públicamente por los fabricantes.
“Salir de la UE sin ningún acuerdo sería catastrófico porque socavaría nuestra competitividad. Acogernos a las reglas de la Organización Mundial de Comercio nos añadiría un coste de 5.000 millones de libras en la factura del comercio de Reino Unido con la UE y el coste medio de cada coche vendido en Reino Unido aumentaría en 1.500 libras, un sobrecoste que los fabricantes trasladarían a los consumidores. Inevitablemente, eso afectaría a la demanda, a la portabilidad y al empleo”, advierte Hawes.
LA FRASE Al acogernos a las reglas de la OMC, cada vehículo le costaría al consumidor 1.500 libras más”. MIKE HAWES, representante de productores y vendedores