PERISCOPIO
LOS habitantes de una ciudad australiana quedaron sorprendidos porque ante la intensidad de las lluvias aparecieron en las calles una buena cantidad de cocodrilos. Por acá, sin necesidad de la pluviosidad, permanentemente tenemos pululando, sobre todo en sectores públicos, a una buena cantidad de sauros que no son precisamente cocodrilos sino “lagartos”, de esos que cobran coimas (con o sin Odebrecht) o al menor descuido se llevan los fondos estatales. Y como dicen que “lagarto que traga no vomita”, el asunto es más grave. UNA nueva rectificación ha tenido que hacer nuestro “presi” ante las quejas de los usuarios de la banca por la extraña norma no dictada no precisamente por los banqueros (aunque talvez sí “palanqueada” por ellos), en cuanto a las tarjetas de crédito que imponía multas e intereses al momento de adquirir el tan usado documento para evitar el peligroso uso de dinero contante y sonante para los trámites, multas y pagos. Otra rectificación fue la aplicada a las reformas no muy reformadas de la “ley mordaza” que le envió la Asamblea a Lenín y que este tuvo que vetar sobre todo en la parte que consideraba a la comunicación como un bien público. SE esta acabando el tiempo de los vocales “transitorios” a que nos obligó el fin de una investigada década de correísmo en que el mandamás del país controlaba todos los poderes del Estado. Los últimos en convertirse en “permanentes” serán los del Cpccs a quienes los elegirá el “pueblo popular” en las elecciones del 24 de marzo en que también se elegirá a los funcionarios seccionales. Digamos que serán unas elecciones muy largas y complejas con más de 80 mil candidatos. El CNE, pues, tendrá que multiplicarse para tan complejo escrutinio.