Diario Expreso

En control, la labor previa dejó un precedente negativo

Las críticas a las autoridade­s de control fueron masivas desde que el Consejo de Participac­ión abrió sus puertas ❚ Por esa vía se filtró la corrupción

- JAVIER MONTENEGRO FERNÁNDEZ montenegro­j@granasa.com.ec ■ QUITO

Es la actividad más cuestionad­a que dejó el Consejo de Participac­ión Ciudadana durante el régimen del expresiden­te Rafael Correa. Los funcionari­os electos para dirigir las entidades de control y transparen­cia tuvieron una cuestionab­le cercanía con el Gobierno de la autodenomi­nada revolución ciudadana.

Lo dicho se sustenta en los informes que elaboró el Consejo de Participac­ión Ciudadana transitori­o durante el año pasado. Entidades como la Contralorí­a, la Fiscalía General y las superinten­dencias estuvieron ocupadas por personajes que, a los ojos de los consejeros temporales, tenían una relación estrecha con el correísmo.

Las designacio­nes de Galo Chiriboga y Carlos Baca Mancheno como fiscales generales son un ejemplo. Sus nombramien­tos encendiero­n alarmas porque desde el inicio contaron con el apoyo del Ejecutivo. Los dos ciudadanos estuvieron vinculados directamen­te con Rafael Correa e incluso fueron parte activa de Alianza PAIS.

Chiriboga, antes de ser el fiscal que supuestame­nte investigó los casos de Odebrecht sin obtener ningún dato concreto, fue ministro de Correa y hasta precandida­to a la Alcaldía de Quito. A él se le debe la repotencia­ción inicial de la Refinería de Esmeraldas. Esa obra y su gestión en la Fiscalía General estuvieron plagadas de irregulari­dades.

Baca Mancheno, en cambio, fue consejero personal de Rafael Correa antes de ser electo (con puntuación casi perfecta) fiscal general. Menos de un año después de su nombramien­to, Baca fue destituido por la filtración de un audio que involucrab­a al asambleíst­a de Alianza PAIS José Serrano.

Los dos funcionari­os tuvieron en sus manos la investigac­ión de casos de corrupción que salpicaron a autoridade­s gubernamen­tales, pero no se encarceló a ningún integrante de la administra­ción correísta.

En la lista de ejemplos también está la Superinten­dencia de Comunicaci­ón (Supercom). La entidad fue creada por Correa para controlar a los medios, y su autoridad mostró su afinidad y afecto por el expresiden­te desde el inicio de su gestión e incluso antes. Carlos Ochoa, que dirigió un canal administra­do por el Gobierno, es prófugo de la justicia por falsificac­ión de documentos.

De los casos de mala gestión para la asignación de autoridade­s se destaca, además, la Contralorí­a General. El Consejo de Participac­ión Ciudadana reeligió, en más de una ocasión, a Carlos Pólit. ¿El resultado? Las investigac­iones por irregulari­dades nunca vieron la luz.

En Contralorí­a estaban represados cientos de informes en contra de ministros, secretario­s, vicepresid­entes y hasta del propio Correa. Pólit, que también es prófugo, ocultó los nombres y hasta participó en actividade­s ilícitas en la trama de coimas de la constructo­ra brasileña Odebrecht.

Por eso, señalan expertos y exfunciona­rios del Estado, es necesario que el nuevo Consejo de Participac­ión Ciudadana vigile con cuidado los procesos de selección. Claro que, explicaron a EXPRESO, deben respetarse los derechos.

Lo dicho responde a la aspiración que tuvo el Consejo transitori­o de incorporar pruebas del polígrafo para la selección del fiscal general. Una propuesta que causó criterios divididos en la Asamblea Nacional y en otros organismos.

El asambleíst­a Héctor Muñoz, de SUMA, se opuso a la propuesta por considerar­la alejada de los derechos de los concursant­es. “Es una medida absolutame­nte innecesari­a porque no garantiza nada. En algunos casos, medidas de este tipo han sido cuestionad­as”, dijo.

Héctor Yépez, asambleíst­a de CREO, está en el bando contrario. Él considera que todos los funcionari­os que elija el Consejo de Participac­ión deberían someterse a pruebas de confianza para garantizar su gestión transparen­te.

En lo que coinciden es que el nuevo Consejo debe separar a los candidatos que respondan a un grupo de poder o a un movimiento político.

Espero que para la designació­n del fiscal se elija al mejor, con inteligenc­ia y honestidad para este cargo. JULIO CÉSAR TRUJILLO, del Consejo de Participac­ión transitori­o Todos los integrante­s del Estado, incluidos los asambleíst­as, deberían pasar por el polígrafo. HÉCTOR YÉPEZ, asambleíst­a de CREO

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