La Declaración de Chapultepec esperó 14 años por una firma
Ecuador refrendó ayer el acuerdo sobre la libertad de prensa y de expresión ❚ El presidente Moreno considera que el ejercicio periodístico debe estar normado
EL DETALLE Decálogo. Los principios de la Declaración refieren que la prensa libre es la condición fundamental para que las sociedades resuelvan sus conflictos. LA EXPOSICIÓN
La libertad de prensa fue el lienzo central en la Capilla del Hombre, en Quito. “El Ecuador del pasado nos hizo mal a todos: medios de comunicación, periodistas y ciudadanos. Fue el de la persecución, de la mordaza... Tiempo en el que se legitimó la censura a través de la peor ley que jamás haya visto nuestro continente”.
Así arrancó su discurso la presidenta de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), María Elvira Domínguez, durante la ceremonia por la adhesión de Ecuador a la Declaración de Chapultepec, creada el 11 de marzo de 1994 en Ciudad de México para respaldar el libre ejercicio periodístico. Han debido pasar, al menos, 14 años para que el país refrende el instrumento internacional que defiende la libertad de prensa.
Otros tres presidentes ecuatorianos aceptaron el documento con anterioridad (Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio), pero Rafael Correa rompió relaciones con la SIP. El año pasado, Lenín Moreno reanudó el contacto.
Desde una mesa cubierta por manteles blancos y azules y delante del gran ‘Toro y cóndor’ -pintura del laureado Oswaldo Guayasamín-, el presidente Lenín Moreno escuchaba atento a Domínguez junto al vicepresidente Otto Sonnenholzner y al director ejecutivo de la SIP, Ricardo Trotti. También lo hacían los ministros María Paula Romo (Interior) y Milton Luna (Educación); el contralor Pablo Celi, la fiscal general, Ruth Palacios; la presidenta del CNE, Diana Atamaint...
Moreno asentía las declaraciones que Domínguez hacía en contra del gobierno de Correa: “Fueron diez años de retroceso en materia de libertad de prensa... la estigmatización era una de las armas requeridas de la propaganda oficial para callar las críticas...”.
Y la presidenta de la SIP seguía: “En materia de libertad de prensa siempre sostenemos que la mejor ley es la que no existe”. Esta afirmación puso a Moreno en alerta.
Cuando llegó su turno, el presidente respondió: “Suele decirse, y con cierta frecuencia, que la mejor ley de comunicación es aquella que no existe... No estoy de acuerdo con esa opinión. Creemos que el ejercicio periodístico debe estar normado”. Y así será.
Ayer se publicó en el Registro Oficial la reforma a la Ley de Comunicación. Es una “hermosa coincidencia”, dijo Moreno refiriéndose a la sincronía con la que se ejecutaron estos dos eventos. Coincidencia o no, Domínguez aseguró que aunque todavía “hay elementos que pueden entorpecer o desencadenar interpretaciones antilibertad de expresión (en la ley)... nos llena de optimismo que la presente reforma haya desarticulado instrumentos para cometer abusos”.
“No le temo a la crítica... He dicho que es el asesoramiento gratuito que tenemos los gobernantes”, enfatizó Moreno en su discurso. El secretario general de Comunicación, Andrés Michelena, recordó que las críticas deben ser con responsabilidad: “con afán constructivo”.