El robo de bicicleta a un canillita en Colinas de la Alborada es más que indignante
En la actualidad la delincuencia aprovecha el menor descuido de los ciudadanos para apoderarse no solo de dinero y celulares, portando armas de fuego para amedrentar a las víctimas, sino también de llevarse automotores y hasta vehículos livianos que sirven para la movilización de humildes personas. Hace poco un amigo que trabaja de canillita vendiendo ejemplares de los principales diarios de Guayaquil me comentó afligido que el pasado domingo por la noche había dejado la bicicleta en la entrada de la casa de su progenitora (Colinas de la Alborada), pero cuando se aprestaba a retirarse se encontró con la ingrata novedad de que había desaparecido como por arte de magia su medio de transporte. Preocupado comenzó a preguntar a la gente que reside por el sector y le dijeron que vieron a un individuo que pasó rápido montado en la bicicleta de su propiedad. Ahora mi allegado que se gana la vida de manera honesta y honrada- recorre por las noches a pie para entregar los periódicos a sus clientes. Es lamentable que ciertas personas inescrupulosas se dediquen a robar en lugar de buscar la manera de trabajar -como lo hacen incluso adultos mayores para poder comer el pan de cada día- y no causar perjuicios a seres humanos que luchan por salir adelante a base de mucho sacrificio y esfuerzo. Lic. Jhonny Muñoz Lima