Misa y romería al santo patrono
1. Fe. Una misa en honor al Cristo con la presencia de cientos de fieles en la capilla del pueblo. 2. Caminata. Sin importar el sol, los devotos caminan en romería desde el centro cantonal al pueblo de Andacocha. 3. Placas. Miles de placas colocadas en una habitación al lado de la capilla dan cuenta de los agradecimientos de los fieles. para no más de mil feligreses, que cada fin de semana se congregan para orar por favores o milagros recibidos, indicó Marcelo Orellana, encargado del mantenimiento del templo.
“Es el Dios de los Migrantes”, expresa Orellana, al reseñar que quien quiera arriesgarse a viajar a los Estados Unidos de manera irregular acude a la capilla para encomendarse al Dios Chiquito, para que “nada pase en el trayecto y llegar con vida y salud”, dijo el hombre que por 45 años se encarga del arreglo de la casa de Dios. Prueba de esos favores, junto a la capilla, se halla un salón con miles de placas de agradecimiento. Los sábados y domingos cientos de feligreses de toda la provincia e incluso del resto del país recorren un camino de unos 7 kilómetros. El camino es de tierra; pedregoso, polvoriento y angosto, está paralelo a una vía principal, construida hace 14 años.
Es una mezcla de religiosidad, acompañada tal vez de an- gustia humana, que busca refugio en la espiritualidad, fe y devoción al Señor de los Milagros, comentó Carlos Toapanta, al apreciar a los feligreses que cada semana realizan peregrinaciones.
“No solo cuida a los migrantes, sino que cura a los enfermos desahuciados, reconcilia a los esposos, quita del camino a los enemigos, protege y da felicidad espiritual a quienes van en búsqueda de esa fe”, dijo Natividad Garcés, una fiel.
Se lo conoce con el nombre del Dios de los Migrantes, porque según una de las tantas leyendas, refiere a que un grupo de marinos chilenos, en cuyo barco habrían transportado a los Estados Unidos a migrantes; en alta mar, perdidos y en evidente peligro de morir, se habían encomendado a una imagen que encontraron.